El hecho de que la rumiación sea una compulsión es fundamental para un tratamiento eficaz del TOC. Para explicar por qué, empecemos por definir nuestros términos:
Una «obsesión» es un pensamiento angustioso que se le ocurre a una persona. El pensamiento es angustioso porque se asocia con la posibilidad de cometer un error irreversible que tiene consecuencias permanentes (para más información, véase aquí.)
Las «compulsiones» son todo lo que la persona hace para asegurarse de no cometer ese error irreversible.
La «rumiación» significa intentar averiguar qué hacer, o qué creer, para evitar cometer ese error irreversible (para una mayor discusión, ver aquí.)
Como se discute aquí, cuando la gente dice que está teniendo pensamientos intrusivos, al examinarlos más de cerca resulta que están rumiando. El pensamiento angustioso que se le ocurre a la persona es la obsesión, pero este evento no lleva casi nada de tiempo. Todo lo que sigue, todo el compromiso mental con ese pensamiento, es rumiación compulsiva.
Ahora bien, podría pensarse que la cuestión de si la rumiación es una obsesión o una compulsión es sólo una cuestión semántica, pero en realidad tiene implicaciones cruciales y prácticas para el tratamiento:
- En primer lugar, en la Exposición con Prevención de Respuesta (ERP, el tratamiento para el TOC), se pide a los pacientes que dejen que la obsesión esté ahí mientras se abstienen de hacer una compulsión. Así, cuando las personas identifican erróneamente la rumiación como una obsesión, piensan que deben permitir que este proceso de pensamiento persista. Por lo tanto, terminan por continuar haciendo esta compulsión a propósito, y no mejoran.
- Segundo, la única manera de eliminar una compulsión es tomando la decisión de dejar de hacerla. Ningún otro aspecto del tratamiento hará que una compulsión desaparezca. Por lo tanto, dado que la rumiación es una compulsión, el paciente tiene que eliminarla directamente para mejorar. Esto puede parecer obvio, pero mucha gente piensa que alguna otra parte del tratamiento, como una exposición, se supone que de alguna manera hará que la rumiación desaparezca, y eso nunca sucederá (ver aquí para una mayor discusión de este enorme problema).
Por las dos razones anteriores, es esencial que tanto los terapeutas como los pacientes entiendan que la rumiación es una compulsión. Por las mismas razones, es esencial que sepan dónde está el límite entre la obsesión y la compulsión: Como se ha comentado anteriormente, todo el proceso de compromiso mental (incluyendo incluso la dirección de la atención hacia el problema) es una compulsión. La «rumiación» no es una corriente de obsesiones, ni una mezcla de obsesiones y compulsiones; es totalmente una compulsión.
Darse cuenta de que prácticamente todo el pensamiento relacionado con una obsesión es rumiación, que la rumiación es una compulsión y que, por lo tanto, una persona debe eliminar directamente la rumiación para sentirse mejor es el punto de partida para mejorar del TOC.
Para ser claros, eliminar la rumiación no siempre es tan sencillo: Las personas a veces se atascan porque siguen justificando la rumiación aunque sea inútil, o porque no entienden cómo parar. Pero estos problemas tienen solución, y los recursos de este sitio web te ayudarán con ellos.
Mientras comienzas el proceso de mejora, ten en cuenta lo siguiente:
La rumiación no es algo que te ocurra; es algo que haces.
Y como es algo que haces, también es algo que puedes dejar de hacer.
Espero que te sientas mejor pronto.