El vapor sale de mis oídos cuando alguien me llama un nivel medio. O un no-médico, extensor médico, proveedor de salud aliado o proveedor de licencia limitada. Soy una enfermera profesional (NP), que en realidad tiene menos sílabas y más sentido que estos otros descriptores absurdos de todos modos. ¿Son los enfermeros profesionales verdaderos médicos? Pues sí lo son – puede leer más sobre ello aquí.
El uso de la jerga como nivel medio y extensor contribuyen a un malentendido público de nuestro papel; implican una necesidad de dependencia de los médicos, y ofuscan la singularidad de nuestra profesión.
Para dejar las cosas claras, este artículo enumera y discute cinco nombres que nunca debe llamar a los NP o PA, ya sea un médico, enfermera, reclutador, gerente, paciente o miembro de la familia. El artículo finaliza con una descripción general de cómo referirse respetuosamente a los PN y los AP, así como con algunos recursos de lectura adicional.
Proveedor de nivel medio
La Administración para el Control de Drogas (DEA) del Departamento de Justicia de EE.UU. utiliza «profesional de nivel medio» para describir a cualquier persona que no sea un médico, dentista, veterinario o podólogo que dispense sustancias controladas (21 C.F.R. § 1300.01(b)). Algunos estados también utilizan el término «nivel medio» en sus estatutos. Minnesota, por ejemplo, utiliza el término «profesional de nivel medio» para describir tanto a los PN como a los AP (Minn. Stat. § 144.1501(f)).
En su declaración de posición, la American Association of Nurse Practitioners (AANP) sostiene que «el término ‘proveedor de nivel medio’ implica que la atención prestada por los profesionales de enfermería es ‘menos que’ algún otro estándar superior (no declarado)». La AANP explica que este término pone en tela de juicio la legitimidad de la capacidad de un NP cuando en realidad proporcionan una atención de alta calidad y rentable equivalente a la de los médicos. No podría estar más de acuerdo.
No médico
¿Llamaría a un médico no enfermero? Probablemente no. Ciertamente es erróneo afirmar que el sistema sanitario está compuesto por médicos y un montón de otras disciplinas sin nombre que no son médicos. En realidad, el sistema sanitario se desintegraría sin las contribuciones de todos los profesionales de la salud, incluidos los que no están catalogados como médicos.
Imagínese a una enfermera diplomada o a un asistente personal presentándose a un paciente: «Soy Melissa, su no médico». El uso de este lenguaje vago y colectivo confunde a los pacientes. Por desgracia, los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid (CMS) siguen utilizando el término «no médico» para describir tanto a los NP como a los asistentes médicos.
Médico extensor
No es ético describir a cualquier persona como una mera extensión de otra. Las personas son seres separados con sus propios derechos y responsabilidades individuales. Este concepto se aplica también a la asistencia sanitaria. Los profesionales de la enfermería son una disciplina distinta que hace hincapié en la prevención de enfermedades y la promoción de la salud. Rechazamos la vieja ética médica del paternalismo y en su lugar promovemos el respeto a la autonomía del paciente. Los profesionales de la enfermería y la AP no son el tercer brazo de un médico invisible. Cada uno de ellos es una profesión separada con sus propios derechos y responsabilidades.
Proveedor de Salud Aliada
Una búsqueda exhaustiva en Internet revela que nadie parece estar de acuerdo con la definición de proveedor de salud aliada. La Association of Schools of Allied Health Professions (Asociación de Escuelas de Profesiones de la Salud) define la salud aliada como un conjunto de profesiones que identifican, evalúan y previenen las condiciones médicas. Según esa vaga definición, ¿no son todos los médicos aliados de la salud?
En su declaración de posición sobre la terminología que describe a los profesionales de la enfermería, la AANP afirma: «El uso del término ‘proveedor de salud aliado’ no tiene una definición o propósito claro en el entorno actual». Concluyen indicando que la salud aliada no es una designación apropiada para los profesionales de enfermería. Parece que no es un buen descriptor para nadie, incluidos los asistentes médicos.
Proveedor de licencia limitada
Los profesionales de la enfermería obtienen un título de máster o de doctorado en su área de especialidad clínica, y son educados para funcionar independientemente de los médicos. Tras su graduación, aprueban un examen de certificación nacional que demuestra su dominio de un conjunto de conocimientos en una especialidad médica concreta. Para poder proporcionar cuidados, deben ser titulares de una licencia de enfermera registrada (RN) y de una licencia de NP del estado en el que ejercen.
Las limitaciones a su ejercicio están más relacionadas con las leyes de un determinado estado que con las competencias profesionales de la NP. La limitación de la licencia implica que es una culpa suya cuando en realidad es simplemente un reflejo de leyes anticuadas. En lugar de describirlos como «limitados», centrémonos en eliminar las barreras de su ámbito de práctica, tal y como recomiendan el Instituto de Medicina, la Comisión Federal de Comercio, la Fundación Robert Wood Johnson y la AARP.
Si no son éstas, ¿entonces qué?
La respuesta es bastante fácil. Simplemente llámenos enfermeros y asistentes médicos. Es para lo que fuimos a la escuela, y es lo que nos llamamos a nosotros mismos. Es una señal de respeto por el valor y las contribuciones únicas de nuestras profesiones. Además, ¿cuándo es apropiado que un grupo utilice una jerga o una terminología denigrante para describir a otro? Nunca. En caso de duda, llámenos por lo que somos: profesionales de la enfermería y asistentes médicos.
Si es necesario describir a un grupo de proveedores con fines normativos, la AANP recomienda los siguientes términos aceptables:
- Proveedor de atención primaria
- Proveedor de atención médica
- Profesional de la salud
- Proveedor de práctica avanzada
- Clínico de práctica avanzada
- Prescriptor
Lectura adicional:
- Carolyn Buppert’s Nurse Practitioner’s Business Practice and Legal Guide, Fifth Edition. Este es uno de mis textos favoritos para entender las leyes que regulan la práctica de los NP. Es una ventaja para cualquiera que esté involucrado en la elaboración de políticas o en la promoción del papel de los NP en la asistencia sanitaria.
- Dreher and Glasgow’ Role Development for Doctoral Advanced Nursing Practice, First Edition. Este libro cubre muchos temas controvertidos, incluyendo el uso del título de «doctor» por parte de las PN.
- El documento de posición de la American Association of Nurse Practitioner titulado, «Use of Terms Such as Mid-Level Provider and Physician Extender».
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