En los últimos años, la Comisión Federal de Comunicaciones («FCC») se ha convertido en un microcosmos de las batallas políticas en el Congreso. La Comisión de Wheeler, controlada por los demócratas, tituló su Orden de Neutralidad de la Red «Proteger y promover la Internet abierta». Para no ser menos, la Comisión Pai, controlada por los republicanos, que anuló esa Orden, tituló la suya «Restaurando la `libertad de Internet». Y al igual que los pronunciamientos del Congreso, los Comisionados buscan acaparar los titulares con declaraciones dramáticas de la perdición inminente si sus políticas no se promulgan. Demostramos que los incalculables daños sociales que ambas partes alegan tienen relativamente poco o ningún apoyo fáctico. Las distinciones anticuadas entre los servicios de información y los de telecomunicaciones agravan la situación porque una buena parte de la historia de la regulación se basa en ellas. Como posible forma de avanzar hacia una toma de decisiones teóricamente sólida y basada en pruebas, los autores recomiendan abandonar la mentalidad de silo que se centra en si determinados servicios son de información o de telecomunicaciones (por ejemplo, el servicio de acceso a Internet de banda ancha (BIAS)) para centrarse en la transmisión de paquetes a través de las redes de banda ancha. Este enfoque facilitaría nuevas perspectivas con el objetivo de una toma de decisiones reguladoras más colaborativa y menos conflictiva.