Osteofitos cervicales: Síntomas y diagnóstico

Los espolones óseos, u osteofitos, no son dolorosos en sí mismos. Muchas personas con espolones óseos cervicales no experimentan dolor ni síntomas neurológicos. Sin embargo, los síntomas pueden aparecer si los osteofitos invaden los nervios espinales individuales, la propia médula espinal, los discos vertebrales o los vasos sanguíneos en la región de la columna vertebral cervical.

Si los osteofitos cervicales inciden en cualquiera de los nervios de la columna cervical, pueden causar síntomas de radiculopatía cervical. Ver: Vídeo interactivo de radiculopatía cervical

Síntomas de los espolones óseos en el cuello

Las personas que experimentan problemas asociados a los espolones óseos cervicales pueden mostrar una amplia gama de síntomas, entre los que se incluyen:

  • Dolor sordo en el cuello. Este tipo de dolor puede ser una molestia general.
  • Rigidez del cuello. Es probable que el cuello esté dolorido y tenga una movilidad reducida, especialmente si experimenta un mayor dolor al girar de lado a lado.
  • Ver causas, síntomas y tratamiento de la rigidez de cuello

  • Dolores de cabeza. Cefalea cervicogénica, que puede resultar si un osteofito empuja contra una raíz nerviosa cervical que irradia el dolor a la parte posterior de la cabeza -y a veces a la parte superior o a los lados de la cabeza y/o detrás del ojo-.
  • Ver: Video de la cefalea cervicogénica

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  • Dolor radicular. Un dolor punzante o similar a una descarga puede irradiar a lo largo de la vía nerviosa desde el cuello hasta el hombro, el brazo y/o la mano. Por lo general es sólo en un lado, pero también puede ser en ambos lados.
  • Ver ¿Qué es la radiculopatía cervical?

  • Problemas neurológicos. Adormecimiento u hormigueo en uno o ambos brazos y/o manos. También puede haber debilidad progresiva en uno o ambos brazos y/o manos con o sin deterioro de la destreza de los dedos.
  • Ver Cómo entender el dolor y el entumecimiento de las manos

  • Mielopatía. Si el espolón óseo cervical empieza a penetrar en el canal espinal e irrita la médula espinal, la persona puede tener problemas neurológicos adicionales como problemas de equilibrio y/o coordinación, dolores insoportables parecidos a una descarga a través de los brazos y/o las piernas que pueden empeorar al inclinarse hacia delante, debilidad o entumecimiento en cualquier parte por debajo del cuello y, posiblemente, pérdida del control de los intestinos o la vejiga.
  • Disfagia. En raras ocasiones, los individuos pueden experimentar una dificultad progresiva para tragar o respirar.

Tales síntomas como los descritos anteriormente son similares o iguales a los que pueden ser causados por un número de otras condiciones neurológicas y/o espinales. Es necesario un diagnóstico preciso para manejar o tratar con éxito los síntomas asociados de dolor o anomalías neurológicas.

Diagnóstico de los espolones óseos en el cuello

Para la mayoría de las personas, los osteofitos cervicales no causan síntomas. De hecho, es común que las personas tengan espolones óseos que aparecen en las radiografías o resonancias magnéticas sin que sean una causa de dolor u otros síntomas.

Si alguien experimenta dolor de cuello o síntomas de hormigueo, entumecimiento o debilidad que se irradian hacia el hombro, el brazo o la mano, entonces un médico probablemente comenzará por tomar el historial del paciente y realizar un examen físico. A menudo, los tratamientos no quirúrgicos del dolor de cuello pueden comenzar sin realizar diagnósticos avanzados como estudios de imagen o pruebas de electrodiagnóstico.

Si los síntomas persisten o empeoran, entonces se pueden utilizar diagnósticos avanzados, que son la única forma de confirmar si hay osteofitos. Estas son algunas de las técnicas habituales que se utilizan para determinar si los osteofitos pueden ser una causa de dolor para el paciente:

  • Resonancia magnética. Una resonancia magnética muestra cortes transversales detallados de los tejidos blandos y los huesos. No utiliza radiación y suele ser mejor para mostrar posibles daños en los tejidos blandos -como los discos- que las radiografías o los TAC. Si los resultados de una RMN coinciden con lo que el paciente se queja (por ejemplo, los grandes osteofitos encontrados cerca del nervio C6 se corresponden con los síntomas del paciente), entonces puede ser todo lo que se necesita para el diagnóstico. Sin embargo, los hallazgos de la RMN no siempre coinciden con los síntomas del paciente, por lo que es importante tratar al paciente y no a la RMN.
  • Pruebas de electrodiagnóstico. Un estudio de conducción nerviosa puede comprobar la actividad eléctrica de los nervios en los brazos; esta prueba suele ir seguida de un electromiograma, que comprueba la actividad eléctrica de los músculos. Estas pruebas pueden ayudar a determinar la ubicación del lugar en el que un nervio podría tener un problema, lo que podría ser útil si los estudios de imagen no han sido concluyentes.
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También podrían utilizarse otros estudios y pruebas de imagen, pero son menos comunes. Por ejemplo, un potencial evocado somatosensorial puede ayudar a determinar si la médula espinal está siendo impactada.

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