Exploración de la etapa de alarma del síndrome de adaptación general

El síndrome de adaptación general es un modelo de estrés desarrollado por el Dr. Hans Selye, un endocrinólogo húngaro. Se divide en tres etapas: alarma, en la que el cuerpo reacciona a la respuesta de lucha o huida, resistencia, en la que el cuerpo intenta volver a la normalidad, y agotamiento, en la que los tejidos del cuerpo se vuelven susceptibles a la disfunción. Este artículo se centra en la reacción inicial al estrés que se produce durante la etapa más temprana – la etapa de alarma.

Una introducción al Síndrome General de Adaptación

El Dr. Selye creía que el Síndrome General de Adaptación era la suma de todas las reacciones sistémicas e inespecíficas del cuerpo, que se aseguraban tras una larga exposición continuada al estrés.1 El Dr. Selye consideró que el estrés es diferente a otras respuestas fisiológicas del cuerpo porque es el resultado tanto del eustrés (factores estresantes positivos como el matrimonio, la mudanza, el cambio de trabajo y el hacer nuevos amigos) como del distrés (factores estresantes negativos como el resultado de situaciones frustrantes, traumáticas y desagradables que inducen emociones de miedo, ira y shock). 2,3 Los estresores se clasificaron como agentes físicos o emocionales que desencadenan una respuesta fisiológica al estrés.

El estadio de alarma

El Dr. Selye describe el estadio de alarma como la suma de todos los fenómenos sistémicos inespecíficos provocados por la exposición repentina a estímulos a los que el organismo no está cuantitativa o cualitativamente adaptado.1 La fase de alarma en el síndrome general de adaptación es la forma en que el organismo responde a una amenaza o desafío inmediato y puede dividirse en dos fases: fase de choque y fase de contrachoque.2

En la fase de choque, el cuerpo experimenta una disminución de su resistencia al factor estresante que conduce a la liberación de adrenalina, un aumento de la frecuencia cardíaca y una disminución del tono muscular, la temperatura corporal y el azúcar en sangre.1 En la fase de contrachoque, el cuerpo invierte la mayoría de los signos fisiológicos de la fase de choque, lo que conduce a un aumento del volumen sanguíneo, el azúcar en sangre y la temperatura.1 Estas fases pueden durar desde unos pocos minutos hasta 24 horas, dependiendo de la intensidad del factor estresante.1

Mecanismos defensivos de la etapa de alarma

A medida que el cuerpo pasa por las fases de la etapa de alarma, los mecanismos defensivos se activan a través del eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal (eje HPA) para luchar contra los factores estresantes. El hipotálamo activa las funciones suprarrenales y prepara al cuerpo para la lucha o la huida aumentando el ritmo cardíaco y el flujo sanguíneo a los músculos, el corazón y el cerebro.3 Los cambios comunes asociados con la etapa de alarma incluyen palpitaciones cardíacas, respiración superficial, tensión muscular en la parte inferior de la espalda y el cuello, náuseas, ansiedad, mareos, sudoración y entumecimiento de las extremidades.2 La exposición continuada a los factores estresantes hace que el cuerpo pase de la etapa de alarma a la etapa de resistencia del Síndrome General de Adaptación.
Como se sabe, la reacción del cuerpo al estrés varía de un individuo a otro. El trabajo de los profesionales de la salud es evaluar los factores de estrés del paciente e identificar los síntomas asociados con cada etapa del Síndrome de Adaptación General. El Programa de Optimización del Eje HPA está diseñado para ayudarle en este proceso identificando los factores estresantes y las formas de afrontarlos para mejorar la salud general.*

  1. Selye H et al. The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism. 1946;6(2):117-230.
  2. Von Onciul J et al. BMJ: British Medical Journal. 1996;313(7059):745.
  3. Journal of Workplace Behavioral Health. 2006;21(2):89-97.

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