Ciento cincuenta años después de que Ezra Cornell prometiera «cualquier persona… cualquier estudio» a los estudiantes de la Universidad que fundó, este ambicioso lema sigue siendo una aspiración, -y no se cumple- según los profesores que vinieron a compartir sus reflexiones en un panel del lunes.
Para el profesor Gerard Aching M.A. ’90, Ph.D. ’91, estudios románticos, las palabras de Ezra sirvieron como «una licencia para experimentar y explorar». Como estudiante de posgrado, se le animó a llevar sus investigaciones a áreas más allá de su propia disciplina e incluso a otros departamentos, recordó.
Originalmente de Trinidad y Tobago, Aching dijo que también apreciaba el diverso grupo de personas de «Iowa, Francia, Carolina del Sur y Puerto Rico» con el que estudió.
Eduardo Peñalver ’94, decano de la Facultad de Derecho de Cornell, se hizo eco de la experiencia de Aching en el aprendizaje expansivo, pero también añadió cómo «Ezra se tomó el lenguaje de ‘cualquier persona’ muy literalmente»
Peñalver dijo que Ezra defendió una vez a dos estudiantes que fueron rechazados por los funcionarios de admisión porque «no saben lo suficiente». El fundador, al enterarse de esta decisión, preguntó al director de admisiones: «si no saben lo suficiente, ¿por qué no les enseñas?»
Pensaba que la educación universitaria debía ser lo suficientemente asequible como para que un estudiante pudiera pagarse el viaje trabajando en una granja local o en el campo. Ezra incluso promovió un programa «Earn while you Earn», que incluía una fábrica de zapatos en el campus que permitía a los estudiantes trabajar mientras estudiaban, dijo Peñalver, citando A History of Cornell de Morris Bishop.
Incluso reconociendo que Cornell fue una de las primeras universidades en admitir mujeres, afroamericanos y otras minorías, Peñalver ve la promesa de Ezra como un trabajo continuo en progreso.
«Hay mucha presión para ser de élite», dijo Peñalver. «El lema es un correctivo de nuestras tentaciones naturales que es más probable que olvidemos o descuidemos».
La profesora Melissa Ferguson, de psicología, y la profesora Natasha Holmes, de física, compartieron sus propias investigaciones para identificar dónde Cornell, y la mayoría de las otras comunidades académicas, siguen sin alcanzar la ambición de Ezra.
Ferguson, que estudia los obstáculos sutiles para el éxito de los grupos minoritarios, dijo que estas barreras a menudo operan a través de la cognición implícita – la forma rápida e inconsciente en que las creencias psicológicas sobre las personas, el poder y la importancia influyen en el comportamiento. Estos efectos sutiles pueden acumularse y «afectar drásticamente» a las percepciones que la gente tiene de los demás, dijo.
Como resultado, los prejuicios siguen siendo persistentes en Cornell, una universidad cuya clase más reciente está compuesta por un 52% de mujeres.
«No se trata sólo de alcanzar cifras en la matrícula», dijo Ferguson. «Se trata de cómo son las experiencias de los estudiantes y del profesorado cuando están aquí».
La investigación de Holmes, por otra parte, se centra en cómo los profesores pueden transmitir de forma inclusiva las ciencias físicas a generaciones de estudiantes activos.
«La clave de ‘cualquier persona… cualquier estudio’ es la agencia», dijo Holmes. «Y con ello me refiero a ceder el control a nuestros estudiantes para que tomen algunas decisiones en su aprendizaje».
Holmes promueve el aprendizaje activo en el laboratorio no limitándose a asignar experimentos, sino permitiendo a los estudiantes participar en un proceso orgánico de descubrimiento.
El rector Michael Kotlikoff, que inició el debate, reconoció que los recientes acontecimientos nacionales, especialmente el tiroteo en la sinagoga del Árbol de la Vida, se oponen frontalmente a las palabras de Ezra.
«La promesa de Ezra se basa en el respeto a todos, la apertura para educar a todos y, fundamentalmente, el rechazo al odio», dijo Kotlikoff. «Hoy, la Universidad de Cornell vuelve a dedicarse a acoger a cualquier persona. Todos estamos celebrando con orgullo una parte esencial del patrimonio de la Universidad, así como su presente y su futuro»
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