Muchas herramientas de carpintería o de taller mecánico son fácilmente reconocibles. Taladros, punzones, tornillos de banco… todas ellas son herramientas bastante sencillas con una finalidad clara. Otras máquinas pueden ser un poco más complicadas, con su significado un poco confuso. Los tornos, sobre todo los de gama alta, entran en esta última categoría.
En el fondo, un torno es un dispositivo sencillo, diseñado para sostener una sección de material que se va a tallar, cortar o moldear. Esto se llama la pieza de trabajo. A diferencia de un simple tornillo de banco, un torno no sólo sostiene una pieza de trabajo, sino que también la hace girar. Esto permite que otra parte de la máquina, el cabezal, se mueva a lo largo de la pieza de trabajo, utilizando diferentes brocas o instrumentos de corte para eliminar el material según sea necesario y dar forma a la pieza de trabajo.
Es hora de poner un ejemplo. Piensa en un torno de alfarero:
En este caso, la arcilla es la pieza de trabajo. El torno es una especie de torneado rudimentario que hace girar la pieza a una velocidad determinada y la mantiene en un lugar. El cabezal y las fresas, en el ejemplo anterior, son las manos del trabajador. Son la parte móvil: se mueven a lo largo de la pieza (el eje «y»), y hacia el centro de la pieza (el eje «x»).
¿Empiezas a ver cómo funciona? Muy bien, ahora vamos a cubrir un poco de la historia de cómo surgieron los tornos.
Una breve historia de los tornos
Ahora que hemos visto un torno en acción, vamos a retroceder un poco. Los tornos, de alguna forma, han existido desde los egipcios. Piensa en el parecido con el torno de alfarería; bueno, la alfarería ha existido durante miles de años – así que tiene sentido que los tornos, que siguen un principio similar, llegaran bastante rápido después.
Los tornos más básicos permitían, y aún permiten, que los artesanos remuevan el material a mano alzada como en el vídeo de arriba. Con el paso de los siglos, y especialmente durante la Revolución Industrial, se desarrollaron los tornos con cabezales integrales, montados en carros transversales que recorrían la longitud de la bancada del torno, sobre los que giraba la pieza. También durante la Revolución Industrial se introdujeron los tornos de vapor, capaces de una velocidad de rotación cada vez mayor y de un par motor que permitía girar piezas más pesadas. Los tornos se utilizaban ahora no sólo para girar piezas de madera, sino también de metal.
El siguiente gran avance se produjo en la segunda mitad del siglo XX, con la llegada del control numérico por ordenador (CNC). Los tornos equipados con CNC permitían a los operadores programar un conjunto de instrucciones para la máquina. Esto permitía la duplicación exacta de esas instrucciones, lo que se traducía en piezas cada vez más precisas, y reducía el número de operarios necesarios para mantener varias máquinas funcionando simultáneamente. La innovación actual proporciona una programación CNC cada vez más precisa, con un número de ejes cada vez mayor.
Aplicaciones industriales de los tornos
En el aspecto industrial, los tornos producen un número incontable de piezas: ejes de transmisión en automóviles, patas para mesas, etc. Los tornos pesados a gran escala pueden utilizarse para girar un cono o un disco de metal gigante, mientras que las máquinas a pequeña escala pueden cortar una pieza de ajedrez de metal.
Los tornos industriales de hoy en día están totalmente automatizados, con cabezales que pueden albergar múltiples brocas. Esto significa que el mismo torno puede realizar numerosos procesos: brocas ásperas para desbastar el material, más finas para refinar las piezas, incluso brocas para lijar y pulir. Con la tecnología CNC, un operario capacitado puede programar un torno para llevar una sola pieza de trabajo desde la materia prima hasta el producto acabado sin ninguna intervención humana una vez iniciado el programa. Unas pocas personas pueden supervisar toda una planta de producción equipada con tornos CNC.
Usos a pequeña escala de los tornos
Los tornos a escala industrial pueden ser bastante grandes, pero la mayoría de los tornos suelen ser algo más pequeños. Un torno de metal es el pilar de muchos pequeños talleres mecánicos o empresas de herramientas y troqueles, debido a su versatilidad. Más allá del taller mecánico, muchos otros artesanos y aficionados encuentran un torno indispensable. Puede utilizar un torno para crear piezas para un coche antiguo:
O un simple cuenco:
Un artesano experto puede convertir un trozo de metal en una taza, un candelabro o incluso una pieza de ajedrez. Hay una enorme variedad de aplicaciones potenciales, y la posibilidad de cortar y tallar a mano alzada hace que cada pieza siga conservando el toque único del artesano.
Tampoco un torno de metal se limita a aleaciones o metales específicos: algunos metales pueden ser más fáciles de trabajar, pero en teoría cualquier metal puede ser torneado en un torno. He aquí una delicada pieza taza de bebé en peltre:
Para algo más ornamental pero especialmente llamativo, pruebe con esta preciosa pieza de ajedrez:
¿Para qué se utiliza un torno? Prácticamente para todo. Pero los usos actuales tienden a caer en las categorías de «industrial» y «artesanal». Los usos industriales abarcan desde un taller mecánico local que fabrica piezas de repuesto para coches viejos, hasta empresas estatales que producen maquinaria pesada. En el otro extremo del espectro, los artesanos utilizan los tornos para producir piezas únicas e impresionantes en madera, metal, vidrio, epoxi y casi cualquier otro material imaginable.
¿Para qué se utiliza un torno? ¡Para lo que quieras o necesites! Salga y vea lo que puede hacer!