Tutsi, también llamado Batusi, Tussi, Watusi o Watutsi, grupo étnico de probable origen nilótico, cuyos miembros viven en Ruanda y Burundi. Los tutsis formaban la minoría aristocrática tradicional en ambos países, constituyendo alrededor del 9% y el 14% de la población, respectivamente. Sin embargo, el número de tutsis en Ruanda se redujo en gran medida por una campaña genocida contra ellos inspirada por el gobierno en 1994.
Los tutsis penetraron por primera vez en la zona en el siglo XIV o XV, entrando desde el noreste en busca de nuevos pastos. Aunque eran hábiles guerreros, obtuvieron el dominio sobre los hutus residentes mediante una infiltración lenta y en gran medida pacífica. Los tutsis establecieron una relación feudal con los hutus, obteniendo el dominio debido a su posesión de ganado y a sus conocimientos más avanzados de la guerra. A la cabeza de la compleja estructura política jerárquica de los tutsis estaba el mwami («rey»), al que se consideraba de origen divino.
La expansión tutsi continuó hasta el periodo colonial europeo de finales del siglo XIX. Hasta entonces, las relaciones entre los hutus y sus señores tutsis habían sido bastante amistosas, pero el favor mostrado a los tutsis por la administración colonial belga (1916-61) intensificó las animosidades entre ambos pueblos. Los tutsis mantuvieron su posición dominante sobre los hutus en Ruanda hasta 1961, cuando la monarquía fue derrocada. En 1994, en medio de una campaña militar de los exiliados tutsis para retomar Ruanda, el gobierno dominado por los hutus instigó masacres genocidas de cientos de miles de tutsis. Esto no impidió que el ejército de exiliados tutsis invadiera el país poco después y derrocara al régimen hutu. En Burundi, por el contrario, los tutsis consiguieron mantener el control del gobierno frente a las revueltas periódicas de los hutus. En 1972, una rebelión hutu infructuosa en Burundi fue reprimida por el gobierno con un coste de 100.000 vidas, la mayoría de ellas hutus.
A diferencia de los hutus agrarios, los tutsis consideraban degradante el trabajo con la azada y se ganaban la vida con la propiedad y el comercio de ganado. Ocasionalmente, un tutsi empobrecido se veía obligado a volver a la tierra, pero su clan, cuando era necesario, solía hacer arreglos para que le prestaran ganado, símbolo de un estatus superior, para que no perdiera la cara.
Las culturas hutu y tutsi se integraron gradualmente a lo largo de los siglos. Los tutsis adoptaron las lenguas bantúes mutuamente inteligibles Ruanda y Rundi, habladas originalmente por los hutus. El sistema de parentesco y de clanes deriva probablemente de la cultura tutsi, y la importancia central del ganado ciertamente. Los hutus y los tutsis se adhieren esencialmente a las mismas creencias religiosas, que incluyen formas de animismo y cristianismo. Sin embargo, los dos grupos étnicos siguen profundamente divididos en cuanto al reparto del poder político tanto en Ruanda como en Burundi.