Blog / 23.01.2018
El sangrado es uno de los primeros síntomas de los problemas de encías: casi siempre está causado por una inflamación bacteriana de los tejidos gingivales, que, si no se cura, puede convertirse en gingivitis y periodontitis.
Puede ocurrir que te despiertes por la mañana y encuentres pequeñas cantidades de sangre seca en la base de los dientes, causadas por un sangrado mayor o menor durante la noche.
Pueden ser muchos los motivos: incluso un cepillado excesivo de los dientes puede provocar una irritación que conduzca a una leve pérdida de sangre, a menudo durante la noche porque sigue directamente al uso del cepillo y la pasta de dientes.
La hemorragia nocturna también es típica de la periodontitis: esta enfermedad bucal, de hecho, aflige y deteriora todos los tejidos del periodonto, incluidas las encías, que progresivamente se retraen y pierden adherencia.
En este proceso de desprendimiento, la encía sangra, y dado que la periodontitis, también conocida como piorrea, progresa durante los momentos de tranquilidad, las horas nocturnas son las de mayor riesgo.
Otras causas de sangrado nocturno pueden ser el bruxismo, i.e. el rechinar involuntario de los dientes durante el sueño, que a menudo depende de otras cuestiones, como el estrés emocional o el cansancio excesivo; o la presencia de una infección en el cuello del diente, es decir, el lugar donde la raíz se une a la corona.
Al ser una zona que queda oculta a la vista, no es fácil diagnosticar la irritación de la encía alrededor del cuello, y el sangrado nocturno puede ser un síntoma muy útil para diagnosticar el problema.
A menudo esta forma de inflamación también está causada por la presencia de bacterias periodontales que alteran el equilibrio de la flora bucal.
Cuando se encuentra sangre en la boca por la mañana es por tanto importante actuar a tiempo, acudiendo a su dentista para una revisión. El dentista realizará inmediatamente una cuidadosa limpieza de los dientes, eliminando la placa y el sarro.
Además, siempre es conveniente realizar una correcta higiene bucal doméstica, cepillando los dientes con delicadeza y utilizando regularmente hilo dental y colutorio, ya que ayudan a contrastar la formación de la costra que puede irritar las encías.
Sin embargo, si el problema persiste a pesar del uso de los dispositivos adecuados, debe consultar a su médico: un sangrado constante también puede ser un signo de problemas de coagulación, diabetes o enfermedades más raras.
Aunque no es dolorosa ni invalidante, una gingivitis constante nunca debe ser subestimada: la gingivitis es la primera etapa de la periodontitis, una inflamación que, si no se cura, conduce inevitablemente a la pérdida de los dientes.