Una de mis citas favoritas es: «La mente lo es todo, en lo que piensas te conviertes». Es tan cierto. La mentalidad es un componente crítico del éxito en los negocios, los deportes y la vida en general. También hay investigaciones cuantitativas que lo respaldan. La psicóloga de Stanford Carol Dweck examinó la mentalidad de los jóvenes estudiantes. Descubrió que los niños que tienen una mentalidad de crecimiento, según la cual la inteligencia puede desarrollarse, son más capaces de superar los retos académicos que los que tienen una mentalidad fija, según la cual la inteligencia está predeterminada. Otro estudio sobre adultos de mediana edad, realizado por investigadores de Yale y Miami, reveló que los que tenían creencias más positivas sobre el envejecimiento vivían 7,5 años más que los que tenían una percepción menos positiva del envejecimiento. Así que, básicamente, ¡tu mentalidad puede prolongar tu vida!
Otra forma de ver este fenómeno es en términos de mentalidad de escasez frente a mentalidad de abundancia. Stephen Covey acuñó inicialmente estos términos en su exitoso libro Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva. La mentalidad de escasez se refiere a que la gente ve la vida como un pastel finito, de modo que si una persona se lleva un gran trozo, queda menos para los demás. La mayoría de las personas, especialmente en el mundo empresarial, han sido condicionadas a tener una mentalidad de escasez. No es de extrañar cuando los ascensos y los aumentos de sueldo son escasos, los recursos son limitados, los directivos acaparan información, abunda la microgestión y, en general, el pensamiento a corto plazo es la norma. La mentalidad de escasez es lo que impide a muchos de nosotros alcanzar nuestros objetivos. Una mentalidad de abundancia se refiere al paradigma de que hay mucho para todos.
La siguiente pregunta es, ¿cómo podemos hacer el cambio de una mentalidad de escasez a una de abundancia?
1.) Enfócate en lo que tienes
Si has estado pensando en un cambio de carrera pero no has dado el salto, probablemente estés teniendo pensamientos como: «No hay suficientes trabajos buenos ahí fuera», «No tengo suficientes habilidades transferibles» o «A quién quiero engañar, hay demasiada competencia». Todas estas son ideas basadas en la escasez, en lo que no se tiene. Una mentalidad de escasez ve limitaciones en lugar de oportunidades. En lugar de eso, cambia esos pensamientos por otros como: «Vaya, tengo 25 años de experiencia en marketing, lo que será una gran ventaja si decido emprender un negocio» o «En los últimos diez años, he hecho grandes contactos que serán esenciales cuando empiece a hacer contactos para mi próximo trabajo». Si te acaban de despedir, en lugar de revolcarte en la autocompasión, piensa en lo estupendo que es tener por fin el tiempo (y quizá el dinero si has recibido una indemnización) para pensar en lo que realmente quieres hacer con el resto de tu vida.