El Muro de John Lennon es una de las principales atracciones de Praga. Incluso en pleno invierno, los turistas acuden a él para fotografiarse frente a los coloridos grafitis. En verano, todo el mundo quiere añadir su propia contribución al muro, lo que ha hecho que se pinte de blanco periódicamente.
Esto recuerda extrañamente a la época comunista. Originalmente, el muro era una importante protesta contra el régimen. La música de John Lennon y de los Beatles estaba prohibida en la Checoslovaquia comunista, pero se introdujo de contrabando en el país (junto con otras músicas occidentales) y tuvo un gran impacto. Los Beatles eran muy populares en Checoslovaquia, como lo siguen siendo, y el hecho de que su música estuviera prohibida por el gobierno los hacía aún más atractivos. John Lennon era especialmente popular.
Cuando John Lennon fue asesinado por un fan desquiciado el 8 de diciembre de 1980, los jóvenes checos lo consideraron un héroe. Escogieron este muro, en el distrito de Mala Strana, para pintar cuadros de Lennon, así como para escribir las letras de sus canciones y otros homenajes a él. Las autoridades pintaron el muro de blanco. Los manifestantes volvieron y añadieron más grafitis. Las autoridades pintaron el muro de blanco. Y así sucesivamente; a pesar de que se colocó un guardia y se instalaron cámaras de seguridad, los manifestantes estaban decididos a dar su opinión.
El 17 de noviembre de 1989, los checos se liberaron del régimen comunista. Ahora era seguro pintar en el Muro de John Lennon, y eso es justo lo que hicieron los checos y los recién llegados a la ciudad. Pronto se convirtió en un lugar donde cualquiera que quisiera rendir homenaje a John Lennon y/o a los Beatles podía venir a pintar o escribir con impunidad. Los días comunistas -cuando la cárcel era el castigo por escribir en el muro- habían terminado.
El muro en sí no es propiedad pública. Es propiedad de los Caballeros de Malta, y esta organización ha sido responsable de muchos repintados del muro. Sin embargo, los Caballeros de Malta se han dado cuenta de que el muro no puede permanecer blanco durante mucho tiempo; alguien está obligado a añadirle una pintura o una cita. Ahora, el muro sigue cubierto de grafitis, y los turistas añaden más cada día.
La triste verdad sobre el muro ahora es que tiene muy poco que ver con John Lennon. Hay pinturas de Lennon, y citas de él, pero éstas son rápidamente cubiertas por garabatos de (por ejemplo) «Yo estuve aquí 2015» o «K + A 4ever». Más que una forma de protesta, es una de esas cosas turísticas que hacen los visitantes, junto con probar la absenta y pedir un deseo en el monumento a Juan Nepomuceno en el Puente de Carlos.
Ocasionalmente, aparece un homenaje al propio John Lennon en la pared, normalmente en la parte superior, donde es difícil de alcanzar. Estos homenajes suelen ser más grandes y, por tanto, más visibles. Recientemente, un fan o un grupo de fans crearon un impresionante signo de la paz hecho de mosaico y lo fijaron a la pared, creando una obra de arte que está destinada a permanecer mientras los diseños que la rodean cambian constantemente.
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Erin Naillon
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