Enemigos y autodefensa
Delfines, tiburones, morenas y congrios se alimentan de pulpos. Pero el pulpo tiene varias formas inteligentes de defenderse de los ataques.
El pulpo nada de cabeza y, en momentos de peligro, puede expulsar agua por el extremo de su manto, impulsándose como un chorro a través del agua. Puede apretar su cuerpo a través de pequeños huecos para librarse de los depredadores.
Mágicamente, es capaz de «desaparecer» para no ser detectado. Lo hace cambiando el color de su piel para mimetizarse perfectamente con su entorno. Concentrando y diluyendo los pigmentos de color en su piel, puede incluso producir rayas o extraños patrones que parecen cambiar su forma.
Por último, puede lanzar chorros de tinta en el agua para ocultarse, de la misma manera que lo hace cuando caza para alimentarse. Al mismo tiempo, libera una sustancia que adormece el sentido del olfato del atacante, de modo que el pulpo puede escapar sin ser detectado. Si en algún momento el pulpo se daña un tentáculo durante una pelea, es capaz de hacer crecer rápidamente uno nuevo.
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