La energía hidráulica o del agua es la conversión de la energía hidráulica en electricidad. La energía hidroeléctrica se refiere a la fuerza del flujo de agua que hace girar las turbinas y acciona los generadores, que luego almacenan la electricidad en las redes eléctricas para su consumo masivo. El proceso hidroeléctrico es un recurso energético renovable y limpio porque el ciclo del agua se produce de forma natural. El movimiento del agua a través de los sistemas de la Tierra se llama ciclo hidrológico. Este ciclo está influenciado por la energía solar, al igual que otras fuentes de energía limpias. Esto se debe a que la cantidad de calor del sol hace que el agua cambie en la atmósfera, haciéndola sólida, líquida o gaseosa.
Hay diferentes tipos de diseños para crear energía hidroeléctrica e incluyen el embalse, la desviación y el almacenamiento por bombeo. El método más utilizado para generar energía hidráulica es el diseño de embalsamiento, que funciona dentro de una presa y un embalse. El diseño de embalses controla la cantidad de agua que corre a través de una abertura en la presa y luego pasa y hace girar las turbinas conectadas a un generador. Los diseños de desvío producen energía hidroeléctrica permitiendo que partes de una masa de agua que fluye se canalicen a través de un embudo lleno de turbinas y luego continúen por un camino natural. El último diseño, denominado almacenamiento por bombeo, funciona utilizando dos embalses, uno a gran altura y otro a baja altura. Este tipo de instalación almacena la electricidad durante los periodos de baja demanda mediante el bombeo de agua al embalse de mayor elevación. Cuando hay una gran demanda de energía, el agua de la cota superior se libera hacia el embalse de la cota inferior y se mueve a través de las turbinas conectadas a un generador.
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Impuesto.
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Desvío.
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Almacenamiento con bomba.
Historia
La energía hidráulica se ha utilizado históricamente desde el 202 a.C. en China. La energía hidráulica se utilizaba para triturar granos e incluso desempeñaba un papel en la producción de papel. El primer uso a gran escala de la energía hidráulica tuvo lugar en 1771 en Inglaterra, en la fábrica de hilado de algodón de Richard Arkwright. Este avance tecnológico animó a Arkwright a comenzar más tarde a utilizar máquinas de vapor para mejorar su negocio. Las turbinas de hilatura que sirvieron de precursoras de las que se utilizan hoy en día en los mecanismos de energía hidráulica aparecieron por primera vez en 1827 gracias a un ingeniero francés llamado Benoit Fourneyron. El sistema de turbinas fue perfeccionado posteriormente para crear energía hidráulica de forma eficiente por James Francis a mediados del siglo XIX. El diseño de Francis sigue siendo popular hoy en día. Durante las dos décadas siguientes, inventores e innovadores crearon versiones modificadas de las turbinas hidroeléctricas, cada una de ellas capaz de generar eficazmente energía hidráulica.
La energía hidráulica se aprovechó por primera vez para generar electricidad en 1878 en Inglaterra. La energía se utilizó para encender una lámpara en la casa de campo de Cragside. Unos años más tarde, se construyeron muchas fábricas hidroeléctricas en todo Estados Unidos para dar luz a los ciudadanos y hacer funcionar los molinos. A finales del siglo XIX, la energía hidráulica se extendió por todo el mundo y se crearon plantas en Alemania, Australia y China. El mayor productor de energía hidroeléctrica en la actualidad es la presa de las Tres Gargantas de China, que produce 22.500 megavatios de electricidad. La energía hidráulica es beneficiosa tanto desde el punto de vista económico como de los recursos. Brasil, por ejemplo, utilizó el agua para generar el 80% de la electricidad en 2011 y gracias a esta extraordinaria producción aumentó el valor de su producto interior bruto (PIB).