Cobra

Cobra, cualquiera de varias especies de serpientes altamente venenosas, la mayoría de las cuales expanden las costillas del cuello para formar una capucha. Aunque la capucha es característica de las cobras, no todas están estrechamente relacionadas. Las cobras se encuentran desde el sur de África, pasando por el sur de Asia, hasta las islas del sudeste asiático. En toda su área de distribución, diferentes especies son las favoritas de los encantadores de serpientes, que las asustan para que adopten la postura de defensa erguida. La serpiente se balancea en respuesta al movimiento y quizás también a la música del encantador, que sabe cómo evitar el golpe relativamente lento y que puede haber retirado los colmillos de la serpiente. Los cortos colmillos de la parte delantera de la boca tienen un surco cerrado, que libera el veneno. El veneno de las cobras suele contener neurotoxinas activas contra el sistema nervioso de las presas, principalmente pequeños vertebrados y otras serpientes. Las mordeduras, sobre todo de las especies más grandes, pueden ser mortales dependiendo de la cantidad de veneno inyectado. Los neurotóxicos afectan a la respiración, y aunque el antiveneno es eficaz, debe administrarse poco después de la mordedura. Cada año se producen miles de muertes en el sur y el sudeste de Asia.

La mayor serpiente venenosa del mundo es la cobra real o hamadryad (Ophiophagus hannah). Se encuentra predominantemente en los bosques desde la India hasta Filipinas e Indonesia, pasando por el sudeste asiático, y se alimenta principalmente de otras serpientes. La longitud máxima confirmada es de 5,6 metros (18 pies), pero la mayoría no supera los 3,6 metros (12 pies). Las cobras rey custodian un nido de 20 a 40 huevos, que son depositados en un montículo de hojas recogidas por la hembra. El padre guardián ataca si un depredador o una persona se acerca demasiado. No todas las cobras ponen huevos.

La cobra de la India (o cobra de anteojos de la India, Naja naja) se consideraba antiguamente una sola especie con una distribución muy similar a la de la cobra real. Sin embargo, recientemente los biólogos han descubierto que existen casi una docena de especies en Asia, algunas de las cuales escupen veneno y otras no. Varían tanto en tamaño (la mayoría entre 1,25 y 1,75 metros) como en la toxicidad de su veneno. Los escupidores propulsan el veneno a través de los colmillos mediante la contracción muscular de los conductos del veneno y forzando la salida de aire del único pulmón.

En África también hay cobras escupidoras y no escupidoras, pero las cobras africanas no están emparentadas con las asiáticas, ni tampoco entre sí. Las ringhals, o cobras escupidoras (Hemachatus haemachatus), del sur de África y la cobra de cuello negro (Naja nigricollis), una forma pequeña ampliamente distribuida en África, son escupidoras. El veneno se dirige con precisión a los ojos de la víctima a distancias de más de dos metros y puede causar ceguera temporal, o incluso permanente, a menos que se lave rápidamente. La cobra egipcia (N. haje) -probablemente el áspid de la antigüedad- es una especie oscura y de capucha estrecha, de unos dos metros de largo, que se extiende por gran parte de África y hacia el este hasta Arabia. Su presa habitual son los sapos y las aves. En el África ecuatorial hay cobras arbóreas (género Pseudohaje) que, junto con las mambas, son los únicos miembros arborícolas de la familia Elapidae.