La carrera a Marte implica la competencia entre fabricantes y naciones. La NASA ha reculado en una posible rivalidad con SpaceX u otros fabricantes en una posible carrera por ser los primeros en llegar a Marte. En cambio, ve sinergias en la posible cooperación con dichas entidades. Sin embargo, los políticos pueden empujar a la NASA a competir con entidades privadas como Boeing y SpaceX para llevar seres humanos a Marte. El ex presidente Donald Trump ha planeado que la NASA llegue a Marte en la década de 2030.
Boeing ha declarado que uno de sus cohetes llevará la primera expedición tripulada a Marte, antes de que SpaceX u otros aterricen una misión tripulada. Boeing es el principal contratista del programa de cohetes de la NASA del Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS), cuyo objetivo final es una misión tripulada a Marte. SpaceX ha declinado afirmar que se trata de una carrera, o que necesita competir con Boeing.
Blue Origin ha declarado que con sus cohetes New Armstrong y New Glenn, podría intentar misiones a Marte, cara a cara con el Sistema de Transporte Interplanetario de SpaceX. Esto puede dar lugar a una competencia comercial que vaya a Marte.
Virgin Galactic ha expresado su interés en un futuro servicio a/en Marte.
A partir de 2019, SpaceX está desarrollando su propio hardware, el Starship con lanzamientos iniciales previstos para principios de la década de 2020, seguido de una misión de carga a Marte prevista para 2022 y una misión a Marte con tripulación en 2024 con el objetivo de establecer un depósito de propulsores y los inicios de una base en Marte.
Inspiration Mars planeó un vuelo tripulado a Marte utilizando hardware de terceros, pero ha estado inactivo desde 2015.
Se cree que la NASA y la Administración Nacional del Espacio de China (CNSA) están en una carrera tácita para poner humanos en Marte. Se prevé que China tenga un seguimiento tripulado de la exploración robótica de la década de 2020 en algún momento posterior; mientras que la NASA tiene un calendario para llegar allí en la década de 2030.