Cómo plantar zinnias en macetas

Consejo

Siembra las semillas de zinnia directamente en la maceta a un cuarto de pulgada de profundidad. Cubre las semillas con tierra y riega bien. Coloca el recipiente en una zona que reciba luz solar y mantén la tierra húmeda. Las plántulas deberían emerger en una o dos semanas.

Las zinias son flores cortadas de larga duración.

Originalmente de México, las zinias se han convertido en un favorito anual para los jardineros que quieren adornar sus jardines con color. Las zinnias son de la misma familia que las margaritas (Compositae). Son una planta anual de temporada cálida y son fáciles de cultivar a partir de semillas o de plantas en macetas. Las macetas llenas de coloridas zinnias alegrarán cualquier rincón de su jardín. Una vez establecidas, las zinnias requieren muy pocos cuidados. Son perfectas para los jardineros principiantes, ya que pueden soportar una amplia gama de condiciones del suelo y el abandono.

Seleccione un recipiente para cultivar las zinnias que tenga agujeros de drenaje en el fondo. El tamaño y la forma del recipiente no importa. Para plantar las zinnias se pueden utilizar desde macetas normales (redondas o rectangulares), cestas colgantes, jardineras e incluso barriles de madera.

  • Originalmente procedentes de México, las zinnias se han convertido en un favorito anual para los jardineros que desean adornar sus jardines con color.

Considere el tamaño del recipiente, al calcular cuántas plantas necesitará para llenarlo. Las zinnias requieren una buena circulación de aire entre ellas. Separe cada planta entre seis y diez pulgadas. Esto le dará una idea de cuántas plantas necesitará.

Seleccione el tipo de zinnia que mejor se adapte al tamaño del recipiente. Las zinias vienen en dos tamaños: altas, que crecen de tres a cuatro pies de altura y enanas, que crecen de ocho a 14 pulgadas de altura. Cuanto más alta sea la zinnia, más grande debe ser el recipiente.

  • Considere el tamaño del recipiente, cuando calcule cuántas plantas necesitará para llenarlo.
  • Cuanto más alta sea la zinnia, más grande deberá ser el recipiente.

Llene el recipiente a dos tercios de su capacidad, con una mezcla ligera para macetas que contenga materia orgánica y musgo de turba. Esto permitirá un drenaje adecuado, que es lo que necesitan las zinnias. Aunque toleran muchos tipos de suelo, las zinnias no vivirán si se plantan en un medio de cultivo que permanezca empapado cuando se riegue.

Sitúe sus plantas de zinnia en la parte superior del suelo de la forma que mejor le parezca. Si se trata de varias variedades o colores diferentes, sepárelas adecuadamente. Coloque las plantas más altas en el centro. Espacie las plantas más cortas a sus lados.

  • Llene el recipiente a dos tercios de su capacidad, con una mezcla ligera para macetas que contenga materia orgánica y musgo de turba.
  • Coloca tus plantas de zinnia encima de la tierra de la forma que mejor te parezca.

Cava un pequeño agujero en el recipiente que sea lo suficientemente grande para que el cepellón de las plantas quepa en él. Repita este paso con el resto de las plantas que vayan a entrar en el contenedor.

Rellene el resto del contenedor con tierra para macetas. Utiliza la mano para reafirmar la tierra alrededor de la base de las plantas.

Riega el recipiente hasta que salga por el agujero de drenaje del fondo. Prueba la tierra introduciendo el dedo en ella. Si se siente seca al tacto, riegue el recipiente. Las zinnias son relativamente tolerantes a la sequía, pero un riego regular ayudará a que la planta prospere y produzca más flores.

  • Cava un pequeño agujero en el recipiente que sea lo suficientemente grande para que el cepellón de la planta quepa en él.
  • Utiliza tu mano para reafirmar la tierra alrededor de la base de las plantas.

Sitúa el contenedor en una zona que reciba luz solar completa o parcial. Las zinnias crecen mejor en lugares cálidos que reciben sol. Asegúrese de que las zinnias reciban al menos 4 horas de luz solar cada día.

Fertilice las zinnias con un fertilizante soluble en agua 20-20-20, una vez cada dos semanas. Se alimentan poco, pero una dosis periódica de fertilizante les ayudará a conservar su follaje verde y a producir más floraciones.

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