La sepsis es una amenaza mortal que afecta a más de 75.000 niños en Estados Unidos cada año. Aproximadamente 7000 de estos pacientes pediátricos mueren a causa de la infección y muchos de los niños que sobreviven quedan con problemas de salud debilitantes. Se calcula que las tasas de morbilidad y mortalidad son aún mayores en los países en desarrollo. Sin embargo, a pesar de las implicaciones mortales de esta infección, se sabe muy poco sobre qué es exactamente lo que se rompe en el sistema inmunológico de un niño que está luchando contra una infección que conduce a la sepsis.
Ahora, un equipo de investigadores internacionales ha descubierto que un grupo raro de glóbulos blancos llamados basófilos desempeñan un papel crítico en la inducción de respuestas inmunes contra las infecciones y la prevención del desarrollo de la sepsis. Los investigadores del Instituto de Investigación Infantil de Seattle, junto con la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford y otros laboratorios internacionales, esperan que el descubrimiento pueda inspirar futuras investigaciones sobre formas de prevenir la sepsis.
«La sepsis es la principal causa de muerte de los niños en todo el mundo y, sin embargo, se sabe muy poco sobre lo que falla en el sistema inmunitario de un individuo para provocar la sepsis cuando lucha contra una infección», dijo en un comunicado el doctor Adrian Piliponsky, investigador principal del Centro de Inmunidad e Inmunoterapias del instituto de investigación. «Sin esta información, es difícil predecir quién desarrollará sepsis o explicar por qué la sepsis provoca una serie de respuestas inmunitarias en diferentes individuos».
Para el estudio, los investigadores rastrearon las respuestas inmunitarias hasta las primeras etapas de las infecciones y se centraron en los basófilos, que se cree que desempeñan un papel en la mejora de las defensas inmunitarias contra las infecciones bacterianas. Según los investigadores, los basófilos constituyen menos del 1% de los glóbulos blancos de una persona.
En un artículo publicado en Nature Immunology, los investigadores detallan el uso de un modelo de infección bacteriana y sepsis que se asemeja mucho a la progresión y las características de la sepsis humana en ratones modificados genéticamente.
Sus estudios demuestran que los basófilos fueron una de las primeras células inmunitarias en aparecer en el lugar de la infección. Una vez que llegaron los basófilos, los investigadores observaron que la célula liberaba una proteína conocida como factor de necrosis tumoral, lo que dio lugar a una mayor inflamación en la respuesta inmunitaria a la infección y mejoró la supervivencia de los ratones.
El trabajo también explica que en los ratones deficientes en basófilos se observó una reducción de la eliminación de bacterias y un aumento de la morbilidad y la mortalidad relacionadas con la sepsis.
La proteína indica a otras células que generen respuestas inflamatorias que curen y protejan el tejido dañado. Los investigadores creen que este hallazgo respalda la evidencia de que los basófilos pueden desempeñar un papel fundamental tanto en la defensa del sistema inmunitario contra una infección como en que una deficiencia o reducción de los basófilos puede provocar sepsis.
«En conjunto, estos hallazgos aportan nuevos conocimientos sobre cómo los basófilos, y los derivados de los basófilos, podrían desempeñar funciones clave en las primeras etapas posteriores a las infecciones bacterianas y en la resistencia a la progresión de dichas infecciones hacia la sepsis», escriben los investigadores en el artículo.
Los investigadores esperan que los hallazgos sienten las bases para futuros proyectos. Al investigar ciertos aspectos de la función de los basófilos, se plantea la hipótesis de que la comunidad científica pueda determinar mejores formas de evaluar el riesgo de sepsis de un individuo o de prevenir la respuesta inmunitaria desregulada que puede conducir a la sepsis.