Top 10: Piezas controvertidas de pruebas de vida extraterrestre

Por John Pickrell

Este campo sembrado de rocas llega hasta el horizonte, a casi 3 kilómetros de distancia de la posición del Viking Lander 2 en la llanura utópica de Marte. Los científicos creen que los colores de la superficie marciana y del cielo en esta foto representan sus verdaderos colores

(Imagen: Centro de Investigación Langley de la NASA)

1. 1976, Los aterrizadores Viking de Marte detectan firmas químicas indicativas de vida

Las pruebas realizadas en muestras de suelo marciano por los aterrizadores Viking de la NASA insinuaron evidencias químicas de vida. Uno de los experimentos mezcló suelo con nutrientes marcados con carbono radiactivo y luego comprobó la producción de gas metano radiactivo.

Publicidad

La prueba dio un resultado positivo. La producción de metano radiactivo sugería que algo en el suelo estaba metabolizando los nutrientes y produciendo gas radiactivo. Pero otros experimentos a bordo no encontraron ninguna evidencia de vida, por lo que la NASA declaró que el resultado era un falso positivo.

A pesar de ello, uno de los científicos originales -y otros que desde entonces han vuelto a analizar los datos- siguen manteniendo el hallazgo. Argumentan que los otros experimentos a bordo estaban mal equipados para buscar pruebas de las moléculas orgánicas, un indicador clave de la vida.

2. 1977, La inexplicable señal extraterrestre «¡Wow!» es detectada por un radiotelescopio de la Universidad del Estado de Ohio

En agosto de 1977, un radiotelescopio de la Universidad del Estado de Ohio detectó un inusual pulso de radiación procedente de algún lugar cercano a la constelación de Sagitario. La señal, de 37 segundos de duración, fue tan sorprendente que un astrónomo que monitorizaba los datos garabateó «¡Guau!» en la impresión del telescopio.

La señal estaba dentro de la banda de radiofrecuencias en la que las transmisiones están prohibidas internacionalmente en la Tierra. Además, las fuentes naturales de radiación del espacio suelen cubrir un rango más amplio de frecuencias.

Como la estrella más cercana en esa dirección está a 220 millones de años luz, o bien un evento astronómico masivo -o bien extraterrestres inteligentes con un transmisor muy potente- tendría que haberla creado. La señal sigue sin explicación.

3. 1996, se descubren «fósiles» marcianos en el meteorito ALH84001 de la Antártida

Científicos de la NASA anunciaron con polémica en 1996 que habían encontrado lo que parecían ser microbios fosilizados en un trozo de roca marciana con forma de patata. El meteorito fue probablemente expulsado de la superficie de Marte en una colisión, y vagó por el sistema solar durante unos 15 millones de años, antes de caer en picado en la Antártida, donde fue descubierto en 1984.

Un cuidadoso análisis reveló que la roca contenía moléculas orgánicas y diminutas motas del mineral magnetita, que a veces se encuentra en las bacterias terrestres. Bajo el microscopio electrónico, los investigadores de la NASA también afirmaron haber detectado indicios de «nanobacterias».

Pero desde entonces muchas de las pruebas han sido cuestionadas. Otros expertos han sugerido que, después de todo, las partículas de magnetita no eran tan similares a las encontradas en las bacterias, y que los contaminantes de la Tierra son la fuente de las moléculas orgánicas. Un estudio de 2003 también demostró que los cristales que se asemejan a las nanobacterias pueden cultivarse en el laboratorio mediante procesos químicos.

4. 2001, Cálculos más rigurosos relacionados con la «ecuación de Drake» de la década de 1960 sugieren que nuestra galaxia puede contener cientos de miles de planetas con vida

En 1961 el radioastrónomo estadounidense Frank Drake desarrolló una ecuación para ayudar a estimar el número de planetas que albergan vida inteligente -y que son capaces de comunicarse con nosotros- en la galaxia.

La ecuación de Drake multiplica siete factores que incluyen: la tasa de formación de estrellas como nuestro Sol, la fracción de planetas similares a la Tierra y la fracción de aquellos en los que se desarrolla la vida. Muchas de estas cifras están abiertas a un amplio debate, pero el propio Drake estima que el número final de civilizaciones comunicantes en la galaxia es de unas 10.000.

En 2001, una estimación más rigurosa del número de planetas portadores de vida en la galaxia -utilizando nuevos datos y teorías- arrojó una cifra de cientos de miles. Por primera vez, los investigadores calcularon cuántos planetas podrían encontrarse en la «zona habitable» alrededor de las estrellas, donde el agua es líquida y la fotosíntesis es posible. Los resultados sugieren que un planeta habitado similar a la Tierra podría estar a tan sólo unos cientos de años luz de distancia.

5. 2001, Se propone que el tinte rojo de la luna Europa de Júpiter se debe a trozos congelados de bacterias, lo que también ayuda a explicar la misteriosa señal infrarroja que emite

Los microbios alienígenas podrían estar detrás del tinte rojo de Europa, sugirieron investigadores de la NASA en 2001. Aunque la superficie es mayoritariamente de hielo, los datos muestran que refleja la radiación infrarroja de una manera extraña. Ello sugiere que algo -tal vez sales de magnesio- la está uniendo. Pero nadie ha sido capaz de dar con la combinación correcta de compuestos para dar sentido a los datos.

Intrigantemente, el espectro infrarrojo de algunas bacterias terrestres -las que prosperan en condiciones extremas- se ajusta a los datos al menos tan bien como las sales de magnesio. Además, algunas son de color rojo y marrón, lo que quizá explique la tez rojiza de la Luna. Aunque las bacterias podrían tener dificultades para sobrevivir en la escasa atmósfera y la temperatura superficial de -170 °C de Europa, podrían sobrevivir en el interior líquido más cálido. La actividad geológica podría expulsarlas periódicamente para congelarlas en la superficie.

6. 2002, científicos rusos afirman que una misteriosa especie de microbio resistente a la radiación podría haber evolucionado en Marte

En 2002, astrobiólogos rusos afirmaron que el superresistente Deinococcus radiourans evolucionó en Marte. El microbio puede sobrevivir a varios miles de veces la dosis de radiación que mataría a un ser humano.

Los rusos sometieron a una población de bacterias a una radiación suficiente para matar al 99,9%, dejaron que los supervivientes se repoblaran y repitieron el ciclo. Después de 44 rondas se necesitó 50 veces la dosis original de radiación. Calcularon que harían falta muchos miles de estos ciclos para que el microbio común E.coli fuera tan resistente como el Deinococcus. Y en la Tierra se tarda entre un millón y 100 millones de años en encontrar cada dosis de radiación. Por tanto, no ha habido tiempo suficiente en los 3.800 millones de años de historia de la vida en la Tierra para que esa resistencia haya evolucionado, afirman.

En cambio, la superficie de Marte, desprotegida por una atmósfera densa, es bombardeada con tanta radiación que los bichos podrían recibir la misma dosis en sólo unos cientos de miles de años. Los investigadores sostienen que los ancestros del Deinococcus fueron expulsados de Marte por un asteroide y cayeron a la Tierra en meteoritos. Otros expertos siguen siendo escépticos.

7. 2002, Se encuentran indicios químicos de vida en los datos antiguos de las sondas y aterrizadores de Venus. ¿Podrían existir microbios en las nubes de Venus?

La vida en las nubes de Venus podría ser la mejor manera de explicar algunas curiosas anomalías en la composición de su atmósfera, afirmaron en 2002 astrobiólogos de la Universidad de Texas. Para ello, analizaron los datos de las sondas espaciales Pioneer y Magallanes de la NASA y de las misiones rusas Venera de la década de 1970.

La radiación solar y los relámpagos deberían generar masas de monóxido de carbono en Venus y, sin embargo, éste es escaso, como si algo lo estuviera eliminando. El sulfuro de hidrógeno y el dióxido de azufre también están presentes. Estos reaccionan fácilmente juntos y no suelen coexistir, a menos que algún proceso los esté eliminando constantemente. Lo más misterioso es la presencia de sulfuro de carbonilo. Éste sólo es producido por microbios o catalizadores en la Tierra, y no por ningún otro proceso inorgánico conocido.

La solución sugerida por los investigadores a este enigma es que los microbios viven en la atmósfera de Venus. La abrasadora y ácida superficie de Venus puede ser prohibitiva para la vida, pero las condiciones a 50 kilómetros de altura en la atmósfera son más hospitalarias y húmedas, con una temperatura de 70°C y una presión similar a la de la Tierra.

8. 2003, Los rastros de azufre en la luna Europa de Júpiter pueden ser los productos de desecho de colonias bacterianas subterráneas

En 2003, científicos italianos plantearon la hipótesis de que los rastros de azufre en Europa podrían ser una señal de vida extraterrestre. Los compuestos fueron detectados por primera vez por la sonda espacial Galileo, junto con indicios de la existencia de un océano de origen volcánico bajo la corteza helada de la luna.

Los rastros de azufre son similares a los productos de desecho de las bacterias, que quedan atrapadas en el hielo de la superficie de los lagos de la Antártida en la Tierra. Los investigadores sugieren que estas bacterias sobreviven en el agua y que otras similares podrían prosperar bajo la superficie de Europa. Otros expertos rechazaron la idea, sugiriendo que el azufre procede de algún modo de la luna vecina Io, donde se encuentra en abundancia.

9. 2004, Methane in the Martian atmosphere hints at microbial metabolism

En 2004 tres grupos -utilizando telescopios en la Tierra y la sonda espacial en órbita Mars Express de la Agencia Espacial Europea- descubrieron de forma independiente evidencias de metano en la atmósfera. Casi todo el metano de nuestra atmósfera es producido por bacterias y otros seres vivos.

El metano también podría ser generado por el vulcanismo, la descongelación de depósitos subterráneos congelados o por el impacto de cometas. Sin embargo, la fuente tiene que ser reciente, ya que el gas se destruye rápidamente en Marte o escapa al espacio.

En enero de 2005, un científico de la ESA anunció de forma controvertida que también había encontrado pruebas de formaldehído, producido por la oxidación del metano. Si esto se demuestra, reforzará los argumentos a favor de los microbios, ya que se necesitaría la friolera de 2,5 millones de toneladas de metano al año para crear la cantidad de formaldehído que se postula que existe.

Hay formas de confirmar la presencia del gas, pero los científicos tendrán que llevar primero el equipo a Marte.

10. 2004, Una misteriosa señal de radio es recibida por el proyecto SETI en tres ocasiones – desde la misma región del espacio

En febrero de 2003, los astrónomos del proyecto de búsqueda de inteligencia extraterrestre (SETI), utilizaron un enorme telescopio en Puerto Rico para reexaminar 200 secciones del cielo que previamente habían dado señales de radio inexplicables. Todas estas señales habían desaparecido, excepto una que se había hecho más fuerte.

La señal -que se considera la mejor candidata hasta ahora para un contacto extraterrestre- proviene de un punto entre las constelaciones de Piscis y Aries, donde no hay estrellas ni planetas evidentes. Curiosamente, la señal se encuentra en una de las frecuencias en las que el hidrógeno, el elemento más común, absorbe y emite energía. Algunos astrónomos creen que es una frecuencia muy probable en la que transmitirían los extraterrestres que quisieran hacerse notar.

Sin embargo, también hay muchas posibilidades de que la señal proceda de un fenómeno natural nunca visto. Por ejemplo, una inexplicable señal de radio pulsada, que se creía artificial en 1967, resultó ser el primer avistamiento de un púlsar.

Más información sobre estos temas:

  • astrobiología

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.