Terapia de microcorriente

¿Qué es la terapia de microcorriente?

La terapia de microcorriente es la aplicación controlada de un estímulo eléctrico de bajo amperaje a regiones específicas del cuerpo. La corriente está diseñada para que coincida con una cantidad similar de actividad eléctrica ya presente durante la actividad celular natural.

¿Cómo funciona?

Todas las células de nuestro cuerpo necesitan pequeñas cantidades de electricidad para realizar sus funciones. Normalmente, las células producen esta electricidad mediante intercambios químicos a nivel molecular. Sin embargo, a veces las células del cuerpo no reciben todo lo que necesitan para realizar sus funciones a un nivel óptimo. La terapia de microcorriente proporciona a las células una carga similar de estímulo eléctrico para poner en marcha los procesos naturales dentro de las células, promoviendo una función celular saludable.

¿Quién se beneficia más de ella?

Los principales beneficiarios de la terapia de microcorriente son aquellos que sufren de inflamación crónica y/o dolor. La terapia es un eficaz gestor de la inflamación, especialmente en torno a las lesiones de los tejidos blandos, como esguinces o torceduras, desgarros musculares y heridas posquirúrgicas. Dado que la inflamación es la causa principal del dolor crónico, la terapia de microcorriente puede ser un tratamiento muy eficaz del dolor, así como de muchos otros trastornos. La terapia de microcorriente también se utiliza para acelerar la curación de fracturas y lesiones óseas.

¿Duele?

No. El nivel de estímulo eléctrico proporcionado por la terapia de microcorriente es demasiado bajo para que el cuerpo lo registre como dolor. No es más impactante que la electricidad que su cuerpo produce naturalmente dentro de sus propias células. En comparación, un dispositivo TENS es aproximadamente 1.000 veces más potente en términos de estimulación eléctrica, porque está diseñado para estimular directamente el tejido muscular. La terapia de microcorriente pretende operar a un nivel celular mucho más pequeño y, por lo tanto, requiere cantidades delicadas de estimulación.

¿Debe alguien no utilizarla?

Las personas que tienen implantados marcapasos cardíacos no deben someterse a la terapia de microcorriente, ya que el estímulo eléctrico puede alterar el funcionamiento del dispositivo. Aunque nada ha sugerido que sea perjudicial para las mujeres embarazadas, no se han estudiado sus efectos en el embarazo, por lo que se evita.

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