Por Shaoni Bhattacharya
Se ha revelado toda la magnitud del roedor más grande del mundo de todos los tiempos: el ahora extinto monstruo tenía el tamaño de una vaca.
La criatura pesaba 700 kilogramos y vivió hace ocho millones de años, vagando por las exuberantes orillas del antiguo delta del Orinoco, en el noroeste de Venezuela. Pero este monstruo de tres metros de largo y 1,3 de alto era un primo evolutivo del humilde conejillo de indias actual.
El Phoberomys pattersoni habría vivido una vida semiacuática, masticando hierbas marinas y esquivando a otras extrañas y gigantescas criaturas como cocodrilos de tres metros de largo, gatos marsupiales del tamaño de un león y enormes aves carnívoras no voladoras, según Marcelo Sánchez-Villagra, de la Universidad de Tubinga, Alemania, que dirigió el nuevo estudio.
El conejillo de indias de 700 kilos habría comido alguna vez pastos marinos en el exuberante delta del Orinoco
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(Imagen: Science/Carin L Cain)
Sánchez-Villagra y su equipo pudieron construir una imagen del roedor gigante, tras encontrar un esqueleto «excepcionalmente completo» en la formación Urumaco, en Venezuela.
«Imagina un extraño conejillo de indias, pero enorme, con una larga cola para equilibrarse sobre sus patas traseras y con dientes en continuo crecimiento», dice. Era 10 veces más pesado que su pariente vivo más cercano: el carpincho sudamericano.
«Se trata de un animal realmente impresionante», afirma Neill Alexander, zoólogo de la Universidad de Leeds (Reino Unido). «Sin embargo, la pregunta no es cómo es posible este animal, sino por qué no hay otros como él».
Dientes y fragmentos de hueso
Orangel Aguilera, uno de los miembros del equipo, descubrió el esqueleto después de que uno de sus estudiantes tropezara con un hueso que sobresalía de unos sedimentos. Lo apodaron Goya por la zona en la que fue encontrado.
Phoberomys había sido identificado anteriormente sólo a partir de dientes y fragmentos de hueso aislados, por lo que nadie se había dado cuenta de su inmensidad. Pero el análisis del esqueleto de Goya permitió al equipo estimar su masa corporal y dio pistas sobre cómo vivía.
Alexander dice que dos grandes impedimentos para ser tan grande pueden no haber sido problemáticos después de todo. Soportar su propio peso -1.400 veces más pesado que el de un conejillo de indias- podría haberse gestionado utilizando un modo de andar diferente al de los roedores pequeños.
«Los ratones y otros roedores pequeños se ponen de pie como si estuvieran haciendo flexiones», dice. Pero los mamíferos más grandes mantienen las piernas rectas. Los capibaras se ponen de pie como las ovejas, y Goya se habría puesto aún más recto, dice Alexander. «Si vieras a este animal en la distancia en un día de niebla, se parecería mucho más a una vaca o a un búfalo que a un conejillo de indias».
La comida del monstruo
El enorme tamaño de Goya también podría haber supuesto un problema debido a la gran cantidad de comida que necesitaría. Pero su tamaño podría haberle ayudado a fermentar eficazmente grandes cantidades de celulosa vegetal en su intestino en forma de cuba.
Alexander especula que la razón por la que ya no existen roedores gigantes es porque serían más lentos y menos capaces de escapar de los depredadores que los animales con pezuñas, como los antílopes, que tienen extremidades más ágiles. Sin embargo, los roedores más pequeños, con patas cortas, pueden escabullirse rápidamente para ponerse a salvo.
«Supongamos que Goya existiera hoy en día», dijo a New Scientist. «Sugiero que no duraría mucho, por ejemplo, si lo pusieras en el Serengeti».