Empecemos por la escala. ¿Dónde estamos entre el buque insignia mundial y la boutique de barrio?
Un extenso bazar sólo para domingos con todo y de todo. (No confundir con el edificio fijo del Mercado Lagunilla a tres manzanas al sur.)¡Excelente! ¿Qué podemos encontrar aquí o qué debemos buscar?
El mercado dominical tiene sus raíces en la época prehispánica, cuando la gente se reunía para vender e intercambiar en un tianguis local. Como tal, se especializa en antigüedades: muebles modernos de mediados de siglo, ropa vintage, discos y joyas. Aunque se espera el regateo, los vendedores conocen el valor de lo que tienen, por lo que esa mesa auxiliar original de Saarinen no saldrá barata.Si el dinero no es problema, ¿qué va en el carrito?
Chaquetas vintage, lentes de sol, muebles, litografías prensadas originales y efemérides de la Segunda Guerra Mundial.Y… ¿qué pasa si tenemos un presupuesto estricto?
Un pomo antiguo y una michelada (cerveza mexicana mezclada con zumo de lima fresco y una trinidad de salsas Tabasco, Worcestershire y soja).¿Quién más compra aquí?
¡Todos! La Lagunilla es un acontecimiento cultural repleto de turistas, lugareños y muchas parejas jóvenes con resaca.¿Algún consejo secreto, o compras de «no te vayas a casa sin»?
Navegando, con la música a todo volumen, michelada en mano.