Hay muchas maneras de echar un vistazo al interior del cuerpo, desde las radiografías y las tomografías computarizadas hasta las resonancias magnéticas y las ecografías de alta resolución. Cuando se trata de dolores, molestias y otros problemas del sistema musculoesquelético, ¿cómo decide un médico qué equipo de diagnóstico por imagen es el más adecuado?
Hoy veremos las diferencias entre una resonancia magnética y una ecografía.
Una resonancia magnética utiliza potentes imanes para producir imágenes anatómicas en 3D. Proporciona una resolución de alto contraste para determinar los cambios en la calidad del tejido. Por ejemplo, en el caso de una lesión muscular, las imágenes de RMN suelen mostrar una señal brillante. Esto indica que hay más agua en el músculo, lo que significa que se ha lesionado.
Una ecografía utiliza ondas sonoras de alta frecuencia que proporcionan imágenes de órganos y estructuras con una modalidad de alta resolución espacial. Esto proporciona grandes detalles internos. Si se observara la misma lesión muscular con una ecografía, se verían las fibras individuales del músculo y los primeros cambios de la lesión.
Aunque tanto la ecografía como la resonancia magnética pueden detectar grandes desgarros musculares en los tejidos, la ecografía puede proporcionar mejores vistas de los microdesgarros y las lesiones crónicas. La ecografía también puede señalar la ubicación del dolor de un paciente y correlacionarlo con un problema en una estructura concreta. A diferencia de la resonancia magnética, la ecografía también permite al médico observar lo que ocurre durante el movimiento. Las estructuras que no puede evaluar una resonancia magnética pueden ser bien evaluadas con la ecografía, incluyendo la fascia, los nervios y los músculos con lesiones crónicas.
La ecografía también va más allá de ser sólo una herramienta de diagnóstico. Es ideal cuando se necesita un tratamiento de inyección, como una inyección de corticosteroides en una articulación. La ecografía permite al clínico visualizar la estructura para asegurarse de que la aguja se coloca en el lugar correcto. Mientras que las inyecciones articulares guiadas por imagen pueden realizarse con rayos X o TAC, con los ultrasonidos no es necesario inyectar un medio de contraste.
Pero los ultrasonidos no son la solución definitiva. No puede mostrar las estructuras del interior de las articulaciones. En cambio, sólo puede mostrar los tejidos blandos del exterior de la articulación. La resonancia magnética es una mejor opción para evaluar el hueso, el cartílago u otras estructuras dentro y alrededor de una articulación. Además, el ultrasonido sólo puede sondear un área pequeña a la vez, mientras que la resonancia magnética es ideal para las condiciones que afectan a las áreas profundas o grandes.
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