Se dice que un acontecimiento tiene relevancia cuando es considerado importante por algún motivo. El concepto de relevancia es igualmente aplicable a las personas que son reconocidas por algún mérito o por su prestigio. Así mismo, es un término que tiene una dimensión subjetiva y otra objetiva.
La relevancia desde una óptica personal
Cada individuo tiene sus prioridades personales y su propia escala de valores. Esto implica que aquello que es relevante para uno puede ser irrelevante para otro. Decir que algo nos parece relevante es una manera de indicar que tiene un rango peculiar para nosotros. Sin embargo, la mayoría de personas coinciden en la idea de valorar como importantes una serie de aspectos en la vida: la salud, la estabilidad económica y la afectividad (la clásica fórmula de salud, dinero y amor).
Acontecimientos históricos relevantes
Ciertos hechos históricos son valorados como relevantes desde un punto de vista objetivo. Así, hay hechos que tienen una influencia incuestionable en el curso de los acontecimientos. Nadie duda que en la historia reciente de la humanidad algunos episodios tienen esta característica: la guerra fría, la llegada del hombre a la Luna, la caída del Muro de Berlín o el 11-S en Nueva York en 2001. No es necesario demostrar su relevancia, pues es evidente que se trata de episodios que han marcado una época y que se han convertido en hechos históricos que son estudiados en los libros de historia.
Reflexiones sobre la idea de relevancia
Cada tradición cultural tiene su propio definición de lo que es relevante o no. Para una tribu del Amazonas que vive aislada del mundo es irrelevante el 11-S o la llegada del hombre a la Luna. Esto nos recuerda que la importancia de los acontecimientos tiene un carácter relativo.
No siempre es evidente que algo tenga relevancia o no. En este sentido, una investigación científica puede pasar desaperciba para la inmensa mayoría de individuos pero acabar siendo una cuestión de vital importancia.
De alguna manera la figura del historiador es quien determina la relevancia de unos hechos. Así, en el proceso de investigación un dato que inicialmente es irrelevante puede llegar a adquirir una gran importancia.
Con cierta frecuencia lo relevante permanece oculto y se presta más atención a lo que se pone de moda en un momento determinado. Para etiquetar algo como relevante es necesario que transcurra un cierto periodo de tiempo. Lo que es pasajero, efímero o una simple tendencia se olvida con relativa facilidad, pero no ocurre lo mismo con aquello que es realmente importante.
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