Reconstrucción de la neovejiga – Cirugía de la vejiga

Cirugía de reconstrucción de la vejiga

Los pacientes con cáncer de vejiga localmente agresivo pueden tener que someterse a la extirpación quirúrgica de la vejiga, un procedimiento denominado cistectomía radical. Existen varias opciones para gestionar la orina después de este procedimiento. Muchos hombres y mujeres que se someten a esta cirugía son candidatos potenciales para la reconstrucción de la vejiga con una neovejiga.

¿Cómo funciona una neovejiga?

La neovejiga está hecha de un trozo del propio intestino delgado de una persona que se forma en una bolsa y se coloca dentro del cuerpo en la misma posición que la vejiga original. Con este procedimiento, la mayoría de los pacientes pueden orinar con normalidad. Suele haber un periodo de pérdidas de orina hasta que la bolsa se estira y el paciente fortalece el músculo del esfínter que retiene la orina. Ocasionalmente, los pacientes necesitan colocar una sonda para drenar la orina; esto es más frecuente en las mujeres que en los hombres. Algunos pacientes también tienen pérdidas persistentes, especialmente por la noche.

No todo el mundo es candidato a una reconstrucción de neovejiga; por ejemplo, los pacientes deben tener una función renal y hepática completa, y no pueden tener cáncer en la uretra. Sin embargo, muchos pacientes prefieren este tipo de derivación en comparación con un conducto ileal (bolsa colectora externa que se adhiere a la pared abdominal).

Experiencia de Stanford en la reconstrucción de neovejiga

Hace muchos años, el Dr. Faud Freiha desarrolló la «bolsa de Stanford», una de las primeras formas de neovejiga. Actualmente, todos los oncólogos urólogos de Stanford Health Care tienen experiencia en la reconstrucción de neovejigas. La Dra. Eila Skinner, que se incorporó al cuerpo docente de Stanford en 2012, tiene una amplia experiencia en desviación urinaria continente que abarca más de 20 años.

Nuestros expertos en oncología urológica analizan las opciones de desviación urinaria con cada paciente y, junto con el paciente y su familia, llegan a una decisión sobre la mejor opción para esa persona. El atento personal del Centro Oncológico de Stanford puede ayudarle a recuperarse de la cirugía y enseñarle a utilizar su nueva vejiga.

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