Acta Derm Venereol 2020; 100: adv00213.
Diagnóstico: Criptococosis cutánea parecida al molusco contagioso
La histología de una biopsia de piel reveló capas de histiocitos clarificados con límites más o menos claros, que contenían miríadas de hongos esféricos de 4-20 μm de diámetro (Fig. 2A). Estas estructuras miceliales se tiñeron con ácido periódico-Schiff, azul Alcian (no mostrado) y tinción de Grocott (Fig. 2B). El cultivo confirmó el diagnóstico de infección por Cryptococcus neoformans.
Además de la afectación cutánea, la paciente presentaba afectación sistémica de la enfermedad: síndrome intersticial del pulmón en la tomografía computarizada (TC) torácica y aislamiento de criptococos en la secreción broncoalveolar. El criptococo estaba presente en el líquido cefalorraquídeo, en la orina y en los hemocultivos.
Se inició un tratamiento con anfotericina B, 3 mg/kg/día, y flucitosina, 100 mg/kg/día, pero debido a la insuficiencia renal tuvo que cambiarse a fluconazol, 400 mg/día, que está en curso.
La criptococosis es una infección causada por la levadura encapsulada C. neoformans (1). C. neoformans contiene 2 variedades patógenas: C. neoformans var neoformans y C. neoformans var gatti. C. neoformans está ampliamente distribuido, y C. gatti es más frecuente en las zonas tropicales. Cryptococcus neoformans se encuentra en los excrementos y nidos de las aves y en varias especies de árboles. Las infecciones graves afectan sobre todo a pacientes inmunodeprimidos (1-3). Las lesiones cutáneas se producen en el 10-20% de los pacientes con criptococosis sistémica y pueden preceder a otras manifestaciones sistémicas. La presentación de la criptococosis cutánea puede ser polimórfica (4, 5). La criptococosis cutánea que imita al molusco contagioso se describió anteriormente, inicialmente en individuos con SIDA (6-10), y después en otros individuos inmunodeprimidos (9). Las lesiones cutáneas se distribuyen predominantemente por la cara y aparecen como pápulas en forma de cúpula, firmes, bien definidas y umbilicadas (9, 10). Estas lesiones suelen indicar una forma diseminada de la enfermedad, y su identificación puede conducir al diagnóstico.