¿Qué es un vertedero sanitario?
Los vertederos sanitarios son lugares en los que los residuos se aíslan del medio ambiente hasta que son seguros.
Se considera cuando se han degradado completamente a nivel biológico, químico y físico. En los países de renta alta, el nivel de aislamiento alcanzado puede ser elevado. Sin embargo, un nivel de aislamiento tan elevado puede no ser técnicamente necesario para proteger la salud pública. Para que un emplazamiento pueda considerarse un vertedero sanitario deben cumplirse cuatro condiciones básicas (véase a continuación). El objetivo inmediato es cumplir, en la medida de lo posible, las cuatro condiciones básicas establecidas para los vertederos sanitarios, con un objetivo a más largo plazo de cumplirlas finalmente en su totalidad.
Es más probable que tengan éxito las pequeñas mejoras incrementales en el diseño y el funcionamiento de los vertederos a lo largo de varios años que los intentos de dar un único y gran salto en las expectativas de ingeniería.
Los vertederos grandes requerirán más inversión para mejorar las normas que los sitios más pequeños. Sin embargo, el coste unitario de estas mejoras (medido por tonelada de residuos vertidos o por cabeza de población atendida) disminuirá al aumentar el tamaño del emplazamiento. Los emplazamientos con una larga vida útil (diez años o más) presentan ventajas financieras y de otro tipo. Los grandes emplazamientos regionales que dan servicio a dos o más ciudades podrían ser económicamente beneficiosos, siempre que los costes de transporte de los residuos no sean demasiado elevados.
Requisitos básicos
Como mínimo, cualquier diseño y operación de un emplazamiento debe cumplir cuatro condiciones básicas antes de que pueda considerarse un vertedero sanitario:
Aislamiento hidrogeológico total o parcial: si un emplazamiento no puede situarse en un terreno que contenga de forma natural la seguridad de los lixiviados, deben aportarse materiales de revestimiento adicionales al emplazamiento para reducir las fugas de la base del emplazamiento (lixiviados) y ayudar a reducir la contaminación de las aguas subterráneas y del suelo circundante. Si se proporciona un revestimiento -de tierra o sintético- sin un sistema de recogida de lixiviados, todos los lixiviados acabarán llegando al medio ambiente circundante. La recogida y el tratamiento de los lixiviados deben destacarse como un requisito básico.
Preparativos formales de ingeniería: los diseños deben desarrollarse a partir de investigaciones geológicas e hidrogeológicas locales. También deberá elaborarse un plan de eliminación de residuos y un plan de restauración final.
Control permanente: deberá haber personal capacitado en el vertedero para supervisar la preparación y la construcción del emplazamiento, el depósito de los residuos y el funcionamiento y el mantenimiento periódicos.
Colocación y cobertura planificada de los residuos: los residuos deberán extenderse en capas y compactarse. Una pequeña zona de trabajo que se cubra diariamente ayuda a que los residuos sean menos accesibles para las plagas y las alimañas.