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Los huracanes pueden dar miedo, tanto a los adultos como a los niños. Los niños aprenden a responder a las situaciones basándose en los comportamientos y actitudes de los que les rodean.
Aquí tienes algunos consejos para ayudarles -y a ti- a estar preparados durante la temporada de huracanes.
Habla sobre los huracanes
Los niños pueden estar confundidos sobre lo que es un huracán, así que utiliza descripciones sencillas y apropiadas para su edad sobre lo que puedes esperar si se acerca uno. Para un niño pequeño, puede decir: «Un huracán es una tormenta tropical con vientos muy fuertes y mucha lluvia, relámpagos y truenos».
También es importante decirles a los niños que los adultos harán todo lo posible para mantenerlos a salvo.
Trate de mantener la calma usted mismo
Los niños pueden percibir fácilmente las emociones de quienes los rodean. Cuando uno de los padres parece demasiado alterado o preocupado, esto puede empeorar los propios miedos o preocupaciones del niño.
Deje que los niños ayuden con los preparativos previos a la tormenta
Mantenerlos ocupados puede ayudar a que los niños no piensen en sus preocupaciones. Ayudar a prepararse de forma adecuada a su edad también puede aumentar la sensación de control del niño sobre la situación.
Para involucrar a sus hijos:
- Prepare un kit familiar de emergencia para desastres. Los niños pueden ayudar a recoger alimentos enlatados y a preparar linternas.
- Haga que sus hijos ayuden a llevar los artículos de exterior al interior.
- Discuta juntos el plan de desastre de su familia. ¿Tendrán que evacuar y cómo será eso? ¿Qué adultos harán qué? Esto ayudará a los niños a saber qué esperar.
Durante la tormenta
- Deje que los niños escojan algunos artículos de confort, juegos no electrónicos y juguetes en caso de cortes de energía.
- Intente mantener una rutina lo más normal posible. Esto puede ayudar a los niños a sentirse tranquilos y seguros.
- Anime a los niños a hablar de sus sentimientos o pensamientos sobre lo que está sucediendo. Algunos niños pueden preferir no hablar de inmediato, y eso también está bien. Pase tiempo con ellos y hágales saber que usted está ahí cuando estén preparados.
Después de la tormenta
- Monitoree la exposición a los medios. Puede haber «demasiada cobertura» antes y sobre todo después del paso de un huracán. Estas imágenes pueden ser demasiado para los ojos jóvenes y los corazones sensibles.
- Deje que los niños ayuden con la limpieza.
- Preste atención a los signos de estrés, incluyendo pesadillas, comportamiento regresivo/actuando más joven de lo que es su edad, y una pegajosidad extra. Estos son comunes en los niños que han pasado por un evento traumático. Si observa alguno de estos signos, hable con su médico y sepa que los consejeros capacitados pueden ayudar.