La ira y la tristeza son dos expresiones importantes de la emoción que pueden ser difíciles de navegar. Dependiendo del tipo de experiencias por las que estemos pasando, el enfado y la tristeza pueden significar cosas muy diferentes.
En primer lugar, veamos cómo se ve y se siente estar tanto enfadado como triste.
Desgraciadamente, el enfado y la tristeza tienden a alimentarse mutuamente. Podemos sentir un sentimiento de ira o rabia, mientras que al mismo tiempo nos sentimos abatidos y sin esperanza. Esto puede dificultar la comprensión de lo que es una experiencia confusa y dolorosa, una situación que nos hace sentir de alguna manera atrapados entre ambas.
¿Por qué me enfado tan fácilmente?
Aprendemos a expresar la ira a través de un modelado que comienza en la infancia y continúa a lo largo de nuestra vida. Todas nuestras experiencias pueden influir en la forma en que gestionamos o no la ira.
Si hemos sido testigos de expresiones de ira poco saludables cuando éramos niños -ya sean arrebatos violentos o supresión- podemos acabar teniendo dificultades para expresar la ira de forma equilibrada y saludable cuando seamos adultos.
También podemos tener dificultades para controlar nuestra ira si no se nos ha dado el espacio necesario para expresarla cuando éramos niños (o más tarde en la vida). Esto incluye las experiencias en las que hemos tenido que reprimir nuestros sentimientos o aquellas en las que sentimos que no se nos ha escuchado del todo.
La organización Mind da algunos consejos excelentes sobre cómo gestionar nuestra ira de forma constructiva.
Los sentimientos que hay detrás de la ira
La ira reprimida puede provocar sentimientos negativos sobre nosotros mismos, causando ansiedad y baja autoestima. Como resultado, esto puede hacer que nuestra ira empeore, ya que empezamos a sentirnos más aislados o sin apoyo o incluso con miedo. Esto puede llevarnos a una espiral descendente en la que podemos empezar a sentirnos fuera de control de nuestra ira.
Los sentimientos de inadecuación también pueden desencadenar estallidos de ira. Es posible que hayamos enterrado estos sentimientos muy profundamente, o que acabemos engañándonos a nosotros mismos pensando que sólo somos una «persona enfadada». Pero éste no suele ser el caso. Suele haber un banco de emociones detrás de las expresiones de enfado que puede ayudarnos a entender las cosas a un nivel mucho más profundo.
Afrontar la ira y la tristeza puede ser una experiencia abrumadora. También puede ser confuso, tanto para nosotros mismos como para los que nos rodean. Podemos sentirnos rechazados, ya que nos resulta difícil comunicar lo que nos ocurre. Esto puede conducir a un ciclo negativo que simplemente perpetúa más sentimientos negativos, dejándonos aislados.
Luchar contra esta extraña y abrumadora mezcla de sentimientos puede ser muy agotador. Por esta razón, es importante buscar el apoyo adecuado y tomarse un tiempo para reflexionar sobre el origen de estos sentimientos.
¿Qué puede haber detrás de la ira?
Aquí tienes algunos ejemplos de lo que puede haber detrás de la ira. (Es importante recordar que nuestras experiencias hacen que todo sea subjetivo).
Dolor
Sorprendentemente, el dolor es una causa común para este tipo de ira y tristeza mutuas. Es posible que te sientas enfadado por la pérdida, por las circunstancias que la rodean o quizás por la razón por la que perdiste a esa persona. Esto también podría evocar tristeza por muchos motivos: arrepentimiento, miedo, duelo… Algunas personas sienten la tristeza o la impotencia de no poder cambiar la situación, combinada con la ira por la propia situación.
Traición
Si te han traicionado, la ira y la tristeza son de esperar mientras empiezas a procesar lo sucedido. De hecho, la danza entre la ira y la tristeza podría estar justo donde necesitas estar por ahora. Es importante expresar esa confusión y también el dolor por la parte de ti que se siente defraudada.
Depresión
Para la persona deprimida, la agitación puede ser difícil de expresar con palabras. La ira y la tristeza son verdaderas compañeras de la depresión, y pueden ser extremadamente abrumadoras. Los brotes de depresión pueden hacer que experimentemos estas emociones al extremo, lo que puede hacer que nos sintamos asustados y desesperados.
¿Cómo puede ayudar la terapia?
Estas son sólo algunas de las razones por las que podemos sentirnos tanto enfadados como tristes. Es importante tener en cuenta que, aunque nuestras experiencias puedan tener rasgos comunes con las de otros, en última instancia son nuestras y sólo nuestras. Si estás luchando contra la ira y la tristeza, es importante que busques el apoyo adecuado. La terapia ofrece un espacio de apoyo sin prejuicios, diseñado para permitirte expresar tus pensamientos y sentimientos en tus propios términos.
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