DISCUSIÓN
Se ha informado de la pérdida o la disminución de la expresión de los antígenos de los glóbulos rojos tanto en las neoplasias sólidas como en las hematológicas. El antígeno del grupo sanguíneo ABO es el más comúnmente alterado (1-4). En el caso de las enfermedades hematopoyéticas, la pérdida de expresión resulta predominantemente de una mutación que afecta a la producción de antígeno en la célula madre. La pérdida completa o parcial de la expresión del antígeno se observa en los progenitores de los glóbulos rojos que surgen de esta célula madre afectada, mientras que los glóbulos rojos que surgen de las células madre no afectadas suelen expresar los antígenos normales de los glóbulos rojos. La pérdida o el debilitamiento de los antígenos ABO suele detectarse como una discrepancia en la tipificación directa e inversa de los pacientes. Los antígenos ABO son la alteración de antígenos del grupo sanguíneo más frecuentemente notificada porque se analizan rutinariamente en todos los pacientes antes de la transfusión.
Los antígenos A, B y H se forman a partir de la misma sustancia precursora. La producción de antígenos ABO depende del funcionamiento de dos glicosil transferasas. La primera enzima, la transferasa H, añade L-fucosa a la galactosa terminal de la sustancia precursora. A continuación, la sustancia H es intervenida por las transferasas A o B que añaden una N-acetil galactosamina o una galactosa, respectivamente. Existen dos posibles mecanismos para el debilitamiento de los antígenos ABO en las enfermedades hematopoyéticas. El primer mecanismo es la inactivación de las transferasas A/B, y el segundo es la inactivación de la transferasa H. En el primer mecanismo (5-8), hay una disminución de la expresión de los antígenos A y B con un aumento concurrente del antígeno H. El antígeno H no se convierte en antígeno A y B debido a la inactivación de las transferasas A/B. Los genes de las transferasas A y B están codificados en el cromosoma 9, y pueden estar inactivados por una translocación cromosómica 9;22. Esta es la explicación plausible de la alteración ABO en la LMC. El segundo mecanismo sugerido para la pérdida de antígenos ABO es la inactivación de la transferasa H codificada en 19q13 (9, 10). La inactivación de la transferasa H daría lugar a una disminución de la sustancia H y la consiguiente disminución de la sustancia A y/o B.
Las alteraciones de los antígenos ABO se observan con mayor frecuencia en la LMA, aunque una translocación que implique al cromosoma 9 rara vez se observa en la LMA. En un estudio de 12 pacientes de LMA con debilitamiento de los antígenos ABO, se observó que la inactivación del gen ABO no era aleatoria (11). En 4 de los 12 pacientes estudiados, se observó que sólo el gen A o B derivado de la madre estaba afectado, lo que sugiere una posibilidad de impronta genómica.
También se ha informado de la pérdida y el debilitamiento de los antígenos ABO antes del diagnóstico de una neoplasia hematopoyética subyacente. Esto suele observarse en el entorno de la mielodisplasia, donde un paciente con mielodisplasia de larga duración presenta una alteración del grupo sanguíneo y posteriormente se manifiesta con LMA (12, 13). Por lo tanto, cualquier pérdida de antígenos ABO debe culminar en la búsqueda de una neoplasia hematopoyética subyacente. Las variaciones en los antígenos ABO también pueden reflejar el estado de la malignidad. Tras la remisión, se produce el retorno del grupo sanguíneo original, y con la recidiva, se produce la supresión de los antígenos del grupo sanguíneo (14).