Resumen
El dolor profundo es una nocicepción muscular importante; sin embargo, su comprobación ha sido ignorada durante mucho tiempo en el ámbito clínico. Los autores estudiaron la importancia clínica de comprobar la sensación de dolor profundo en pacientes con lesiones de la médula espinal. Se examinaron las sensaciones de dolor profundo evocadas al apretar músculos superficiales en 19 pacientes con siringomielia, 50 con espondilosis cervical, 2 con enfermedad de Hirayama y 2 pacientes con neurinoma espinal. La sensibilidad al dolor profundo se calificó como hiper, normal, hipo y pérdida en comparación con la del músculo trapecio del lado intacto y se comparó con otros hallazgos neurológicos. En los pacientes con siringomielia, el dolor profundo estaba disminuido o perdido en 14 (74%) pacientes. Sólo el 24% de los pacientes con espondilosis cervical presentaban pérdida sensorial superficial en los dedos. En cambio, el 70% presentaba disminución del dolor profundo, especialmente en aquellos músculos con reflejo tendinoso profundo disminuido (excepto en la enfermedad de Hirayama) o en aquellos músculos inervados por el mismo segmento con un dermatoma disestésico. En los pacientes con neurinoma espinal, el dolor profundo se perdió en aquellos músculos con reflejo tendinoso profundo disminuido. Diez de los 17 pacientes con siringomielia fueron operados y se quejaron de dolor residual en el postoperatorio a pesar de la reducción de la siringe. Este dolor residual era de dos tipos, uno de ellos era un dolor disestésico superficial y el otro un dolor muscular. Este último está presumiblemente relacionado con la disfunción del sistema que transmite la nocicepción muscular. La pérdida de dolor profundo no es infrecuente en muchas lesiones de la médula espinal. Además, el dolor residual postoperatorio en la siringomielia debe reconocerse como dolor disestésico superficial, dolor muscular profundo o ambos. Este enfoque desarrollará una medida exitosa de tratamiento del dolor residual en el futuro.