Osteoartritis: Causas, factores de riesgo y tratamiento

La osteoartritis es la forma más común de artritis en Estados Unidos, y afecta aproximadamente al 12 por ciento de los estadounidenses de entre 25 y 74 años. Es una enfermedad crónica de las articulaciones que rompe el cartílago en el cuello, la zona lumbar, las rodillas, las caderas, los hombros y/o los dedos. Los síntomas más comunes son dolor, rigidez y limitación del movimiento de las articulaciones.

¿Cuál es la diferencia entre la artritis reumatoide y la osteoartritis?

La artritis reumatoide y la osteoartritis causan dolor, rigidez y limitación del movimiento de las articulaciones, pero las dos enfermedades son distintas en cuanto a su causa y tratamiento.

La artritis reumatoide es una enfermedad autoinmune en la que el propio sistema inmunitario de una persona ataca sus articulaciones, causando inflamación. La artritis reumatoide suele afectar a muchas articulaciones simultáneamente, especialmente en las manos, las muñecas y los pies, y se trata con medicamentos para suprimir la respuesta inmunitaria.

La osteoartritis no es una enfermedad autoinmune y, aunque no se conocen las causas exactas, se han identificado múltiples factores de riesgo. En una articulación sana, el cartílago proporciona amortiguación y una superficie articular suave para el movimiento. En una articulación artrósica, a medida que el cartílago se destruye irreversiblemente y se desarrollan anomalías óseas, el movimiento se vuelve doloroso y más difícil.

¿Qué causa la artrosis?

La artrosis se clasifica como primaria o secundaria. La artrosis primaria es la forma más común. Aunque no se conoce su causa, se han identificado numerosos factores de riesgo. La osteoartritis secundaria está causada por otra enfermedad que desencadena la degeneración de la articulación, como una infección, una lesión grave o una deformidad congénita.

Los siguientes son algunos de los factores de riesgo más comunes de la osteoartritis:

  • Edad – La osteoartritis es más común entre las personas mayores, pero incluso los adultos jóvenes pueden desarrollar osteoartritis.
  • Obesidad – El exceso de peso puede ejercer presión sobre las articulaciones y favorecer el daño del cartílago.
  • Lesión – Una lesión importante, como el daño de los ligamentos, puede acabar provocando osteoartritis.
  • Género – Las mujeres son más propensas a desarrollar osteoartritis.
  • Heredumbre – Los defectos articulares leves o el aumento de la movilidad articular («doble articulación») pueden contribuir al desarrollo de la osteoartritis.
  • Debilidad muscular.
  • Escoliosis u otras curvaturas de la columna vertebral.
  • Defectos de nacimiento que afectan a la articulación de la cadera, como la displasia congénita de cadera o la luxación congénita.

¿Cómo se diagnostica la artrosis?

El médico comenzará con una historia clínica completa y una exploración física. Durante el examen, el médico buscará una articulación agrandada o con bultos, signos de inflamación o disminución de la amplitud de movimiento. A continuación, el médico puede solicitar radiografías, que pueden mostrar una disminución del espacio cartilaginoso, una nueva formación ósea o una alineación incorrecta. En algunos casos, el médico puede realizar una aspiración -la extracción de líquido de una articulación o bursa inflamada- para excluir la infección, la gota o la artritis reumatoide como posibles causas del dolor articular.

¿Cómo se trata la artrosis?

Hay muchos tratamientos para la artrosis que están diseñados para reducir el dolor articular, aumentar la movilidad y mejorar el funcionamiento de las articulaciones.

Intervenciones no quirúrgicas:

  • Medicación antiinflamatoria y para el dolor, como el paracetamol y los antiinflamatorios no esteroideos
  • Analgésicos tópicos
  • Inyecciones de cortisona para disminuir la inflamación
  • Inyección de viscosuplementos (sustancias similares a un gel que actúan como los fluidos articulares naturales).como sustancias que actúan como los fluidos articulares naturales)
  • Fisioterapia
  • Terapia ocupacional
  • Pérdida de peso
  • Ejercicios aeróbicos y de entrenamiento de fuerza
  • Abordaje y ortesis
  • Estrategias de autocontrol
  • Suplementos nutricionales

Intervenciones quirúrgicas:

  • La artroscopia es un procedimiento mínimamente invasivo para diagnosticar y tratar las afecciones que afectan a las articulaciones. El cirujano examina primero la estructura interna de la articulación a través de una pequeña cámara de vídeo introducida a través de la piel. A continuación, se pueden tomar medidas adicionales para mejorar la función de la articulación, como la eliminación del cartílago suelto o la reparación del menisco.
  • La artroplastia es un procedimiento quirúrgico para sustituir o restaurar una articulación gravemente artrósica con el fin de aliviar el dolor y mejorar la movilidad, aumentando así la calidad de vida del paciente.
  • La osteotomía consiste en la extracción de una porción de hueso para realinear la articulación, un tratamiento temporal para la artrosis.
  • La reparación y regeneración del cartílago puede reemplazar el cartílago dañado y puede ser útil para pacientes con ciertos tipos de defectos cartilaginosos.

¿Qué puedo hacer para prevenir la artrosis?

Mantener un estilo de vida saludable puede ayudar a prevenir la artrosis. Comer alimentos nutritivos, mantener un peso saludable durante toda la vida y hacer ejercicio regularmente para fortalecer los músculos que protegen las articulaciones son tres métodos muy importantes que pueden reducir el riesgo de desarrollar artrosis.

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