No deje que los niños beban agua de la piscina

SÁBADO, 26 de julio de 2014 (HealthDay News) — Las piscinas pueden proporcionar un alivio muy necesario para el calor del verano, pero los niños pueden enfermar si tragan demasiada agua clorada, advierten los expertos.

En medio del chapoteo y la emoción, es común que los pequeños se metan agua en la boca. Algunos niños pueden incluso beber de la piscina, a pesar de las advertencias de sus padres.

Aunque tragar una pequeña cantidad de agua de la piscina es inofensivo, es importante que los padres se den cuenta de que ingerir demasiada puede provocar una intoxicación por cloro o la llamada enfermedad del agua recreativa, según el Dr. Sampson Davis, médico de urgencias del Meadowlands Hospital Medical Center de Nueva Jersey. Los niños también pueden inhalar agua en sus pulmones, añadió Davis, lo que puede conducir a una condición grave llamada ahogamiento secundario.

Las enfermedades del agua recreativa también pueden ser graves. El agua de la piscina contiene cloro, un producto químico utilizado para ayudar a eliminar bacterias como la E. coli y los parásitos. Es posible que el cloro no elimine todos estos gérmenes, por lo que si los niños tragan el agua de la piscina podrían enfermar, dijo Davis.

Si los padres y cuidadores son conscientes de estos riesgos, pueden tomar medidas para evitarlos. Al ser conscientes, los padres también pueden reconocer las señales de advertencia y buscar atención médica inmediata, añadió Davis.

Para ayudar a los padres a proteger a sus hijos, Davis aconsejó a los padres que estuvieran atentos a los siguientes síntomas que podrían desarrollarse en unas pocas horas o hasta 72 horas después de nadar:

Los primeros signos de problemas suelen incluir:

  • Insuficiencia estomacal y vómitos
  • Tos persistente
  • Dificultad para respirar
  • Fatiga

A medida que pasan las horas, la enfermedad del agua recreativa, la intoxicación por cloro y el ahogamiento secundario se convierten en afecciones más definidas con síntomas más específicos y graves, señaló Davis.

Las enfermedades del agua de recreo y la intoxicación por cloro pueden provocar trastornos digestivos, como calambres abdominales y diarrea. Estas condiciones pueden parecer un caso grave de intoxicación alimentaria o gripe estomacal.

La intoxicación por cloro también puede causar síntomas en los sistemas nervioso y respiratorio. Los niños pueden experimentar problemas de visión. También pueden presentar hinchazón y ardor en los ojos, la garganta, la nariz y los oídos.

El ahogamiento secundario tiene un mayor efecto en el sistema respiratorio. Los niños experimentarán problemas para respirar y tendrán una tos fuerte, de sonido húmedo y persistente. También desarrollarán escalofríos incontrolables, así como sofocos.

Los niños que presenten cualquiera de estos síntomas deben ser llevados a un servicio de urgencias inmediatamente.

Davis ofreció los siguientes consejos para evitar problemas:

  • Una vez que el niño haya terminado de nadar, compruebe si hay enrojecimiento e irritación alrededor de los ojos, la nariz, la boca y los oídos. Esto podría ser una señal de que los niveles de cloro eran demasiado altos.
  • Escuche si hay una tos persistente. Si un niño que ha estado nadando desarrolla una tos que no desaparece, podría ser una señal de que el niño ha tragado demasiada agua o la ha inhalado.
  • Esté atento a los síntomas de la gripe. Si un niño desarrolla síntomas de gripe o intoxicación alimentaria después de nadar, busque atención médica inmediata.

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