Sí, el desinfectante más conocido hoy en día como limpiador de inodoros se sugirió una vez para uso vaginal.
Aunque siempre estuvo destinado a la limpieza del hogar, desde los años 20 hasta los 60, Lysol se comercializaba principalmente para el uso corporal personal, en lugar de para desinfectar los pomos de las puertas o las mesas de café, como vemos en la publicidad actual del producto. Los anuncios sugerían a las mujeres que utilizaran el limpiador como líquido para las duchas vaginales, e incluso como método anticonceptivo para utilizarlo directamente después de las relaciones sexuales (el desinfectante mataría el esperma, sugería la publicidad).
Arriba: Un anuncio antiguo de LysolSegún los anuncios de Lysol de la época, este uso del producto estaba avalado por médicos europeos que, según reveló posteriormente la Asociación Médica Americana, no existían en realidad.
Según el libro de 2002 Devices and Desires: A History of Contraceptives in America, «En 1940, la ducha vaginal comercial se había convertido en el método anticonceptivo más popular del país, favorecido por mujeres de todas las clases. Seguiría siendo el principal anticonceptivo femenino hasta 1960, cuando un avance tecnológico -los anticonceptivos orales- lo derribó de su elevado pedestal… a marca más popular, el desinfectante Lysol, eran soluciones jabonosas que contenían cresol… que, cuando se utilizaban en una concentración demasiado alta, causaban inflamaciones graves, quemaduras e incluso la muerte.»
Dispositivos y deseos afirma además que «Lysol era un veneno cáustico y, en su forma más concentrada, se vendía con un prominente icono de una calavera con huesos cruzados. Ingerido, podía matar; aplicado externamente, irritaba y quemaba». Lehn & Fink lo vendía de todas formas para la higiene femenina, ignorando una recomendación hecha por el Consejo de Farmacia y Química de la AMA en 1912…»
Se dice que varias mujeres murieron después de usar el producto según las indicaciones. ¿Y lo peor? Resultó que Lysol ni siquiera funcionaba como anticonceptivo: un estudio realizado en 1933 demostró que 250 de 507 mujeres que utilizaban el desinfectante se quedaban embarazadas, probablemente el mismo número que habría utilizado ningún método anticonceptivo.