La falta de sueño entre los adolescentes se ha asociado a consecuencias como la falta de concentración, las malas notas y los problemas de salud mental. Y ahora un estudio ha demostrado que los adolescentes podrían beneficiarse de comenzar la escuela más tarde.
Según un estudio publicado por Science Advances, los investigadores descubrieron que los estudiantes que dormían más lograban mejores notas y tenían una mejor asistencia a la escuela.
En el año académico 2016-2017, el Distrito Escolar de Seattle retrasó la hora de inicio de la escuela secundaria en casi una hora, de las 7:50 a las 8:45.
Investigadores de la Universidad de Washington llevaron a cabo su estudio tanto antes como después del cambio de hora de inicio de clases, encontrando que los estudiantes disfrutaron de 34 minutos más de sueño en promedio con la hora de inicio de clases más tardía.
El estudio incluyó a estudiantes de dos escuelas secundarias públicas de Seattle.
Esto supuso un aumento de su sueño nocturno total de seis horas y 50 minutos a siete horas y 24 minutos.
«Estos resultados demuestran que retrasar la hora de inicio de las clases en los institutos acerca a los estudiantes a alcanzar la cantidad de sueño recomendada e invierte la tendencia de un siglo de pérdida gradual de sueño», señala el estudio.
«Hay pruebas de que los adolescentes de la mayoría de las sociedades industrializadas no alcanzan las recomendadas… nueve horas de sueño diario durante los días de clase, lo que concuerda con las estimaciones de que en los últimos 100 años el sueño se ha acortado en aproximadamente una hora en los niños».
Una hora de inicio de clases más tardía puede mejorar el rendimiento académico y aumentar la puntualidad y la asistencia entre los estudiantes de secundaria. Fuente:
Los investigadores también encontraron que la hora de inicio de la escuela más tarde se asoció con una reducción de la somnolencia, un mayor rendimiento académico y un aumento de la puntualidad y la asistencia.
Sin embargo, esto sólo fue evidente en la escuela económicamente desfavorecida, lo que «podría disminuir la brecha de aprendizaje entre los grupos socioeconómicos bajos y altos», escribieron.
Pero según NPR, «el cambio de Seattle a un horario de inicio más tardío sigue siendo inusual para los distritos escolares de todo el país, donde la escuela suele comenzar alrededor de las 8 de la mañana.»
La Academia Americana de Pediatría señala que «un cuerpo sustancial de investigación ha demostrado ahora que retrasar las horas de inicio de la escuela es una contramedida eficaz para la pérdida crónica de sueño y tiene una amplia gama de beneficios potenciales para los estudiantes con respecto a la salud física y mental, la seguridad y el rendimiento académico.»
La declaración instó entonces a las escuelas secundarias y preparatorias «a apuntar a los horarios de inicio que permiten a los estudiantes la oportunidad de lograr niveles óptimos de sueño (8,5-9,5 horas) y mejorar la salud física (por ejemplo, la reducción del riesgo de obesidad) y mental (por ejemplo, menores tasas de depresión), la seguridad (por ejemplo, accidentes de conducción por somnolencia), el rendimiento académico y la calidad de vida.»
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