La mayoría de nosotros tenemos una lista clásica de cosas imprescindibles que reservamos para esos momentos en los que somos presa de un resfriado o una gripe. Una manta calentita, un pijama de franela, una sopa de pollo y la simpatía de un ser querido suelen constituir el grueso de la lista, aunque un aromático y alcohólico ponche caliente también puede resultar apetecible.
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A lo largo de los años, los expertos han alabado los beneficios calmantes del ponche caliente, atribuyendo a sus ingredientes -whisky, agua caliente, miel y limón- poderes curativos que van desde el alivio de dolores y molestias hasta el alivio de la garganta irritada. Pero hemos buscado a nuestros propios expertos para determinar si la bebida que se remonta a la Escocia de 1700 tiene realmente poderes medicinales, o si sus efectos son simplemente tan nostálgicos como la sopa de pollo de la abuela.
«Cualquier bebida caliente ayuda cuando se tiene un resfriado porque el calor dilata los conductos nasales permitiendo que la mucosidad fluya mejor», dice el Dr. Ariel Fenster, profesor de la Universidad McGill y miembro fundador de la Sociedad Oficina para la Ciencia &. «El alcohol que está presente en la bebida te relajará y eso es un factor importante».
Si bien es cierto que el alcohol en grandes cantidades tiene un efecto deshidratante en el cuerpo, que es exactamente lo contrario de lo que necesitamos cuando estamos enfermos, el whisky en un ponche caliente es mínimo (la mayoría de las recetas sólo piden dos cucharadas) y se diluye con agua, por lo que sus efectos negativos son esencialmente anulados.
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Lo que queda son los beneficios soporíferos de la bebida. También por eso resulta ser un ingrediente estándar en muchos medicamentos de venta libre para el resfriado, como NyQuil y Robitussin.
Otro rasgo por lo demás negativo asociado al consumo de alcohol, la depresión, también puede tener un efecto contraintuitivo.
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«Sabemos que el alcohol es un depresor que disminuye la actividad del cerebro», dice el doctor Sam Kacew, director asociado en toxicología y profesor en la Facultad de Medicina de la Universidad de Ottawa. «Esta disminución de la actividad podría ayudarle a dejar de pensar en lo mal que se siente y ayudarle a conciliar el sueño.»
La miel en un ponche caliente ciertamente ayuda a calmar el dolor de garganta, pero Fenster dice, no confíe demasiado en sus afirmaciones antixoidantes.
«La miel tiene actividad curativa y antibacteriana, pero eso sólo funciona si se aplica a una herida», dice. «En ese caso, puede ayudar a cicatrizar y evitar el desarrollo de bacterias. Pero no tiene los mismos efectos cuando la ingieres».
Mientras tanto, la adición de limón podría ser más cosa de la tradición que de otra cosa, sobre todo teniendo en cuenta que hay pocas pruebas de que la vitamina C pueda prevenir un resfriado.
Ambos expertos concluyeron que un ponche caliente es una bebida calmante que puede ayudar a atenuar algunos síntomas del resfriado, pero no tiene más poderes curativos que un plato de sopa o una taza de té humeante.
«Te hará sentir mejor porque es reconfortante y ayudará a reponer algunos líquidos, pero no mucho más», dice Kacew. «No es una cura»
