Las investigaciones demuestran que la música puede tener un efecto beneficioso sobre sustancias químicas cerebrales como la dopamina, vinculada a la sensación de placer, y la oxitocina, la llamada «hormona del amor». Y existen pruebas moderadas de que la música puede ayudar a reducir los niveles de la hormona del estrés, el cortisol.
El informe también incluye las conclusiones de la Encuesta de Música y Salud Cerebral de la AARP de 2020, una encuesta representativa a nivel nacional de 3.185 adultos que descubrió que escuchar música -ya sea de fondo, mediante la escucha concentrada de grabaciones o en actuaciones musicales- tenía un pequeño impacto positivo en el bienestar mental, la depresión y la ansiedad.
«Especialmente ahora, en tiempos en los que la gente se siente triste, estresada y aislada a causa de la pandemia del COVID-19, la gente debería sin duda recurrir a la música para mejorar su bienestar mental», dice la directora ejecutiva del GCBH, Sarah Lenz Lock, vicepresidenta sénior de política de la AARP.
Para potenciar los beneficios de la música para la salud mental en su vida, Hanser dice que cualquiera puede adaptar algunas de las técnicas utilizadas por los musicoterapeutas capacitados. Una de ellas es lo que ella denomina escucha «profunda» o activa: en lugar de poner la música como ruido de fondo, hay que reservar un tiempo para concentrarse en lo que se escucha, tomando nota de los sentimientos, los recuerdos y las sensaciones corporales (ya sea una disminución del ritmo cardíaco o las ganas de levantarse y bailar) que surgen mientras se escucha.
«Podemos hacerlo incluso cuando nos sentimos más aislados y tristes», dice. «Podemos tomar el control, podemos dejarnos llevar por la música para sentirnos de otra manera».
Entre los consejos del informe:
Explora la tecnología que puede permitirte escuchar música en varios dispositivos, como el teléfono o la televisión. Pruebe aplicaciones de música, como Spotify o Pandora, que le sugerirán nueva música que podría disfrutar basándose en algoritmos que identifican música similar a sus selecciones actuales.
Disfrute escuchando música conocida que le reconforte y evoque recuerdos y asociaciones positivas.
Si se siente infeliz, intente escuchar o hacer música para mejorar su estado de ánimo o aliviar los sentimientos de depresión.
Baile, cante o muévase al ritmo de la música. Estas actividades no sólo proporcionan ejercicio físico, sino que también pueden aliviar el estrés y crear conexiones sociales, y son formas divertidas de estimular el cerebro.
Aunque escuchar música que conoces y te gusta tiende a causar la respuesta cerebral más fuerte y la liberación de dopamina, intenta escuchar música nueva. Las melodías desconocidas pueden estimular su cerebro, a la vez que le proporcionan una nueva fuente de placer cuando se acostumbra a escucharlas.
¡Haga música usted mismo! Hacer música incluye cantar y tocar un instrumento. Aprender a tocar un instrumento musical puede ofrecer una sensación de dominio y autoestima, al tiempo que mejora la actividad cerebral. Cantar puede ser la forma más sencilla de empezar.