Juana de Arco, una campesina que vivía en la Francia medieval, creía que Dios la había elegido para llevar a Francia a la victoria en su larga guerra con Inglaterra. Juana dijo haber recibido visiones del Arcángel Miguel, de Santa Margarita y de Santa Catalina de Alejandría en las que se le ordenaba apoyar a Carlos VII y recuperar Francia de la dominación inglesa a finales de la Guerra de los Cien Años. Sin formación militar, Juana convenció al asediado príncipe heredero Carlos de Valois para que le permitiera dirigir un ejército francés hacia la ciudad sitiada de Orleans. El rey Carlos VII, aún sin corona, envió a Juana al asedio de Orleans como parte de una misión de socorro. La reina adquirió protagonismo tras el levantamiento del asedio sólo nueve días después. Otras victorias rápidas condujeron a la coronación de Carlos VII en Reims. Este acontecimiento tan esperado elevó la moral francesa y preparó el camino para la victoria final de Francia.
El 23 de mayo de 1430, fue capturado en Compiègne por la facción borgoñona, aliada de los ingleses. Posteriormente fue entregada a los ingleses y juzgada por el obispo pro-inglés de Beauvais, Pierre Cauchon, por diversos cargos. En el juicio que siguió, Juana tuvo que responder a unos 70 cargos en su contra, incluyendo brujería, herejía y vestirse como un hombre. Los anglo-burgueses pretendían deshacerse de la joven líder, así como desacreditar a Carlos, que le debía su coronación. Al intentar distanciarse de una acusada de hereje y bruja, el rey francés no intentó negociar la liberación de Juana. Después de que Cauchon la declarara culpable, fue quemada en la hoguera el 30 de mayo de 1431, muriendo a los diecinueve años de edad.
En 1456, un tribunal inquisitorial autorizado por el Papa Calixto III examinó el juicio, desacreditó los cargos contra ella, la declaró inocente y la declaró mártir. En el siglo XVI se convirtió en un símbolo de la Liga Católica, y en 1803 fue declarada símbolo nacional de Francia por decisión de Napoleón Bonaparte. Fue beatificada en 1909 y canonizada en 1920. Pasó a ser la Patrona de Francia.