Informe clínico

Los pacientes con acné suelen rascarse las lesiones. Como el rascado también forma parte de la respuesta a los estímulos pruriginosos, este estudio pretendía determinar si el picor acompaña al acné. Se incluyó en el estudio a un total de 108 adolescentes (edad media de 15,8±1,8 años) con acné. Todos los participantes completaron un cuestionario especialmente diseñado sobre datos demográficos y clínicos. Se observó prurito que acompañaba a las lesiones de acné en la mitad de los pacientes, incluidos 15 (13,8%) adolescentes que informaron de prurito en el momento del examen y 39 (36,1%) que informaron de haber experimentado prurito en el pasado. Los episodios de prurito fueron de corta duración en la mayoría de los sujetos (<1 minuto: 51,9%; hasta 10 minutos: 38,9%) y ocurrieron con poca frecuencia (varias veces a la semana: 24,5%; al menos una vez al mes: 30,2%; menos de una vez al mes: 37.7%). Sin embargo, el 31,5% de los pacientes informó de que había utilizado un tratamiento médico para reducir el picor debido a las lesiones de acné. Se concluye que el prurito de gravedad leve a moderada es un síntoma concomitante relativamente frecuente de las lesiones de acné. Palabras clave: prurito; picor; acné; adolescentes.

(Aceptado el 4 de julio de 2007.)

Acta Derm Venereol 2008; 88: 38-42.

El picor se define como una sensación desagradable que provoca el deseo de rascarse (1). El picor es una expresión de tensión, y el rascado es un medio para aliviarla (2). El picor es un síntoma dermatológico muy común, que puede aparecer con o sin lesiones cutáneas visibles concomitantes. Varios estudios han demostrado que el prurito puede alterar en gran medida el bienestar de los pacientes, y que los sujetos con prurito crónico pueden tener una calidad de vida significativamente deteriorada, así como depresión y ansiedad (3-5).

El acné es una de las enfermedades cutáneas más comunes, que afecta principalmente a adolescentes y adultos jóvenes. Muchos pacientes presentan lesiones de acné en la cara, lo que provoca importantes problemas cosméticos y psicosociales en los jóvenes (6). Para eliminar las anomalías de la piel, algunos pacientes intentan exprimir o rascar los comedones y las lesiones inflamatorias del acné. En situaciones extremas, esto puede conducir al desarrollo de acné excoriado (7). Dado que el rascado de las lesiones de acné puede ser responsable de infecciones bacterianas secundarias y de la subsiguiente cicatrización e hipo o hiperpigmentación de la piel afectada, se debe aconsejar a los pacientes que no se rasquen las lesiones de acné. Sin embargo, dado que el rascado es también una parte importante de la reacción pruriginosa, nuestro objetivo era determinar si el rascado de las lesiones de acné está provocado, al menos en parte, por un picor subyacente. El objetivo de este estudio fue, por tanto, analizar la frecuencia e intensidad del prurito entre los adolescentes con acné y determinar qué factores influyen en su gravedad.

Materiales y métodos

El estudio se llevó a cabo entre los adolescentes que asistían a uno de los centros de enseñanza secundaria y a uno de los institutos de la región de la Baja Silesia de Polonia durante una visita específicamente organizada de los investigadores a estos centros. El concepto del estudio fue aceptado por los directores de las escuelas y los padres, y todos los pacientes aceptaron participar en la investigación. Todos los pacientes fueron sometidos a un cuidadoso examen dermatológico para confirmar el diagnóstico de acné en la cara y evaluar su gravedad. La gravedad del acné se evaluó según la Global Alliance to Improve Outcomes in Acne (8): acné leve=acné comedónico (se permitían lesiones inflamatorias solitarias), acné moderado=acné papulopustular (numerosas lesiones inflamatorias), acné grave=acné noduloquístico o conglobado con o sin cicatrices. Se excluyeron del estudio los pacientes con otras enfermedades cutáneas pruriginosas.

Se pidió a todos los participantes incluidos que rellenaran un cuestionario especialmente diseñado sobre información demográfica y clínica relativa al acné y al prurito dentro de las lesiones de acné. Las preguntas sobre el prurito se basaron en el cuestionario sobre el prurito propuesto por Yosipovitch et al. (9). La intensidad del prurito se evaluó mediante una escala analógica visual (EAV) de 10 puntos, en la que 0 se refería a la ausencia de picor y 10 al peor picor.

Estadística

Todos los datos se analizaron estadísticamente utilizando Statistica 7.0 Pl (Statsoft, Cracovia, Polonia). Se utilizaron las siguientes pruebas estadísticas para el análisis: Prueba t de Student, prueba χ2 y prueba post hoc de Scheffé en un entorno de análisis de varianza univariante, cuando procedía. Los valores p inferiores a 0,05 se consideraron significativos.

Resultados

Frecuencia y gravedad del picor entre los pacientes con acné

Quince (13.El 9% de los participantes informaron de que sus lesiones de acné eran pruriginosas en el momento del examen y otros 39 (36,1%) sujetos informaron de que habían sentido prurito dentro de las lesiones de acné en el pasado. Un total de 54 (50%) pacientes informaron de la presencia de picor dentro de las lesiones de acné. La presencia de prurito no estaba relacionada con la edad, el sexo, el lugar de residencia, los antecedentes familiares positivos o la gravedad del acné (Tabla I).

La intensidad del prurito en los pacientes con acné en el momento del examen según la EVA fue de 3,1±1,9 puntos y la intensidad máxima del prurito dentro de las lesiones del acné en cualquier momento del pasado fue de 4,0±2,5 puntos. Al comparar la gravedad del prurito del acné con la intensidad del prurito percibido tras la picadura del mosquito (5,9±3,4 puntos), se reveló que la sensación de prurito dentro de las lesiones del acné evaluada en el momento del examen, así como la intensidad máxima del prurito del acné experimentada en el pasado, eran significativamente menos intensas que la sensación prurítica tras la picadura del mosquito (p=0,02 y p <0,001, respectivamente). La intensidad del picor no se vio influida por la edad, el sexo, el lugar de residencia o la gravedad del acné (Tabla I). Curiosamente, los pacientes con antecedentes familiares negativos de acné informaron de un prurito significativamente más intenso que los pacientes con antecedentes familiares positivos de acné, tanto en el momento del examen (4,4±1,4 puntos frente a 2,1±1,7 puntos, respectivamente, p=0,02), como al comparar el prurito más intenso experimentado en cualquier momento del pasado (5,6±2,2 puntos frente a 3,2±2,2 puntos, respectivamente, p <0,001).

Características clínicas del prurito del acné

Respecto a la frecuencia y duración de los episodios de prurito en los pacientes con acné, en la mayoría de los pacientes el prurito aparecía con relativa poca frecuencia y durante un corto período de tiempo: sólo 4 (7,4%) participantes informaron de que tenían prurito todos los días, 13 (24,1%) sentían prurito dentro de las lesiones del acné semanalmente, 16 (29,6%) al menos una vez al mes, y 20 (37,7%) incluso con menos frecuencia. Un (1,9%) sujeto no indicó la frecuencia del prurito. En 28 (51,9%) individuos los episodios de prurito duraban menos de 1 minuto, en 20 (37,0%) menos de 10 minutos, y sólo en 5 (9,3%) participantes más de 10 minutos. Un (1,8%) paciente no describió la duración del prurito. Sin embargo, 17 (31,5%) pacientes declararon haber utilizado tratamiento médico para reducir el prurito de las lesiones de acné: entre ellos, uno mencionó el uso de fármacos antihistamínicos para tratar el prurito y 9 sujetos indicaron el uso de diferentes preparados tópicos, principalmente agentes limpiadores (tónicos, mascarillas) o preparados antiacné. Los 7 adolescentes restantes no informaron del tipo de modalidades de tratamiento aplicadas para el prurito. Considerando la frecuencia del prurito, parecía que éste se presentaba con aproximadamente la misma frecuencia durante todo el día, con sólo un ligero aumento por la noche (Tabla II).

Las dificultades para conciliar el sueño debido al prurito de las lesiones del acné fueron señaladas casi siempre por un (1,8%) paciente y a veces por otros 8 (14,8%) sujetos. Un participante (1,8%) señaló casi siempre que se despertaba debido al picor y 3 (5,6%) lo hicieron de vez en cuando. Tres (5,6%) participantes también mencionaron que a veces tenían que utilizar medicamentos para dormir debido al intenso picor.

La tabla III ofrece una comparación entre los pacientes con episodios de prurito frecuentes (al menos una vez a la semana) y raros (menos frecuentes que una vez a la semana) dentro de las lesiones de acné. Los pacientes que experimentaron prurito con frecuencia calificaron este síntoma como más grave en comparación con los sujetos que percibieron el picor con poca frecuencia (p <0,05). Otras características del acné y el prurito fueron similares en ambos grupos (tabla III).

Factores que influyen en el prurito de los pacientes con acné

Discusión

El acné es una enfermedad cutánea muy frecuente en pacientes menores de 20 años, y tiene una gran influencia negativa en el bienestar psicosocial de los pacientes (10, 11). Es bien sabido que los pacientes con acné son más propensos a ser depresivos y ansiosos, y que tienen un mayor riesgo de suicidio (12). Curiosamente, muchos pacientes con acné se rascan las lesiones cutáneas, pero el acné no suele considerarse una enfermedad cutánea pruriginosa. Aunque el rascado per se no significa necesariamente que el paciente tenga prurito, hay que destacar que el rascado es el síntoma objetivo más común e importante del prurito. Sin embargo, al buscar en las bases de datos de la literatura no pudimos encontrar ningún estudio que investigara si el prurito acompaña a las lesiones de acné en esta amplia población de pacientes. Sorprendentemente, al realizar dicho estudio encontramos que aproximadamente la mitad de los adolescentes incluidos con acné facial experimentaban picor dentro de las lesiones de acné y, notablemente, que este fenómeno era independiente de la gravedad del acné. El picor en el acné parece ser de intensidad leve a moderada. Sin embargo, como demostraron McEvoy y otros (13), los pacientes jóvenes con acné suelen sobrestimar la gravedad de esta enfermedad e incluso el picor de intensidad leve podría percibirse como un síntoma muy molesto o inquietante. Este fenómeno podría ser el responsable de nuestra observación de que, a pesar de que la intensidad y la frecuencia del prurito son leves o moderadas, un porcentaje relativamente alto de pacientes pruriginosos informó de problemas para dormir y de la necesidad de utilizar agentes antipruriginosos. Según los resultados de este estudio, podría sugerirse que el prurito puede, al menos en parte, provocar el rascado en los pacientes con acné.

Hasta donde sabemos, el presente estudio es el primero en evaluar el prurito en pacientes con acné. Sin embargo, algunos datos de la literatura anterior también sugieren que el picor podría acompañar a veces a las lesiones de acné. Parece que los pacientes con acné pueden experimentar picor debido al dermografismo subclínico (14, 15). Estos pacientes informaron de que sus lesiones de acné producían síntomas de picor, ardor, dolor y/o sensibilidad (14, 15). En la mayoría de estos individuos, el picor se resolvió tras la terapia antihistamínica (14-16).

El picor también puede estar presente en el acné solar, que aparece y recae tras la exposición al sol, y se localiza preferentemente en la parte superior anterior del tórax, las regiones deltoides y los hombros (17). El uso de protectores solares grasos o aceitosos favorece el desarrollo de esta afección (16, 17). Sin embargo, en nuestra población todos los pacientes padecían acné vulgar en la cara, y no se diagnosticó acné solar en ninguno de los participantes.

El prurito también puede ser una complicación del tratamiento del acné o una consecuencia del uso de diferentes cosméticos para el acné. Yee & Cunliffe (18) informó de 8 sujetos con acné, que experimentaron prurito en las lesiones del acné durante la terapia para el acné. Este síntoma acompañó a los tratamientos sistémicos y tópicos para el acné y, por lo general, apareció entre 2 y 6 semanas después del inicio de una terapia eficaz para el acné (18). En todos los pacientes descritos, el picor era de intensidad leve a moderada y se resolvía en 4 semanas. Por lo general, los pacientes con este tipo de prurito no requieren tratamiento antipruriginoso (16). En ocasiones, los antihistamínicos no sedantes pueden ser útiles (18). La patogénesis de este picor localizado podría estar relacionada con el cambio de pH del microentorno del folículo del acné, que proporciona un entorno óptimo para la producción de histamina o productos similares a la histamina por parte del Propionibacterium acnes (18). Un mayor conocimiento de esta complicación poco frecuente puede ser útil para evitar la interrupción innecesaria de un tratamiento eficaz del acné (18). Como no abordamos cuestiones detalladas sobre el tratamiento del acné y la posible relación entre el tratamiento del acné y el prurito, no podemos excluir la posibilidad de que en algunos pacientes el prurito notificado se debiera al tratamiento de las lesiones de acné y no a un fenómeno primario del acné. Este hecho parece ser la principal limitación del presente estudio. No obstante, cabe destacar que en nuestro estudio algunos individuos utilizaron agentes antiacné para reducir la intensidad del prurito. Por otra parte, el prurito en el acné se vio agravado por los mismos factores que otras enfermedades cutáneas pruriginosas, como la dermatitis atópica o la psoriasis (19, 20), lo que sugiere que este síntoma acompaña más bien a las lesiones cutáneas y no es sólo una complicación del tratamiento. Comparando la intensidad del picor en el acné con el prurito que aparece en otras enfermedades cutáneas, podría afirmarse que este síntoma en el acné es mucho menos grave que en la dermatitis atópica o la psoriasis (19, 20). Sin embargo, parece que aproximadamente el 10% de los pacientes con acné experimentan un prurito significativamente más grave, y estos pacientes tienen problemas para dormir y pueden tomar medicamentos para dormir. Basándonos en nuestras observaciones de que los pacientes que mencionaron síntomas de depresión, ansiedad o dificultad para concentrarse causados por el prurito, experimentaron un prurito más intenso y tuvieron episodios de prurito más largos, podría sugerirse que el prurito en los pacientes con acné puede provocar estrés y otros problemas psicosociales, de forma similar a otras dermatosis con prurito como la dermatitis atópica o la psoriasis (4, 5). Sin embargo, no podemos excluir la posibilidad de que, en algunos de estos sujetos, la aparición de las lesiones cutáneas fuera también responsable del malestar psicosocial. Cabe destacar que sí observamos diferencias significativas según la gravedad del acné entre los pacientes con problemas psicosociales y el resto de los sujetos analizados. Esta hipótesis requiere más investigación, centrándose en si aquellos sujetos con acné que presentan picor están más ansiosos o estresados que sus compañeros que no presentan picor.

Es interesante que la presencia e intensidad del picor no estuviera relacionada con la gravedad del acné. Como la evaluación de la gravedad del acné se basó principalmente en el tipo de lesiones de acné, podríamos especular que la intensidad del picor no está relacionada con un tipo concreto de lesiones de acné; sin embargo, esta hipótesis requiere más investigación.

En resumen, nuestros datos sugieren que el picor puede acompañar a las lesiones de acné y puede tener una influencia negativa significativa en el bienestar de los pacientes. Basándonos en los resultados de este estudio y en nuestra propia experiencia, parece que, en algunos adolescentes, el picor del acné debería considerarse un objetivo importante para la terapia antipruriginosa. El uso de agentes antihistamínicos no ha sido suficientemente probado; sin embargo, parecen ser de ayuda al menos en pacientes seleccionados, especialmente los que presentan síntomas de dermografismo. Se necesitan más estudios para determinar mejor las características clínicas del prurito en los pacientes con acné y comprender el mecanismo patogénico subyacente.

Conflictos de intereses: Ninguno que declarar.

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