Impacto femoroacetabular: Guía para el paciente sobre la movilidad de la cadera y la artroscopia de cadera

  1. Anatomía de la articulación de la cadera
  2. Impacto femoroacetabular y movilidad de la cadera
  3. Tratamiento conservador (no quirúrgico) del impasto femoroacetabular
  4. Artroscopia de la cadera en el tratamiento del pinzamiento femoroacetabular
  5. Conclusión

Anatomía de la articulación de la cadera

La articulación de la cadera es una articulación «esférica» situada donde el hueso del muslo (fémur) se une al hueso de la pelvis. El segmento superior («cabeza») del fémur es una bola redonda que encaja dentro de la cavidad del hueso pélvico que forma la cavidad, también conocida como acetábulo. Normalmente, la bola se mantiene en la cavidad gracias a unos ligamentos muy potentes que forman un manguito completo alrededor de la cápsula articular.

Tanto la bola como la cavidad están cubiertas por una capa de cartílago liso, cada una de ellas con un grosor de aproximadamente 1/8 pulgadas. El cartílago actúa como una esponja para amortiguar la articulación, permitiendo que los huesos se deslicen entre sí con muy poca fricción. Además, la profundidad del acetábulo se ve aumentada por un borde fibrocartilaginoso llamado labrum que recubre el borde del acetábulo y sujeta la cabeza del fémur, asegurándola en la articulación. El labrum actúa como una «junta tórica» o un empaque para asegurar que la bola encaje en la cavidad.


Anatomía de la cadera

Pinzamiento femoroacetabular y movilidad de la cadera

¿Qué es el pinzamiento femoroacetabular?

El pinzamiento femoroacetabular se produce cuando la bola (cabeza del fémur) no tiene su rango completo de movimiento dentro de la cavidad (acetábulo de la pelvis).

El pinzamiento en sí es el choque o impacto prematuro e inadecuado entre la cabeza y/o el cuello del fémur y el acetábulo. Esto provoca una disminución del rango de movimiento de la articulación de la cadera, además de dolor. Lo más habitual es que el pinzamiento femoroacetabular sea el resultado de un exceso de hueso que se ha formado alrededor de la cabeza y/o el cuello del fémur, también conocido como pinzamiento de tipo «leva». El pinzamiento femoroacetabular también suele producirse debido al crecimiento excesivo del borde del acetábulo, también conocido como pinzamiento de tipo «pinza», o cuando el acetábulo está inclinado de tal manera que se produce un impacto anormal entre el fémur y el borde del acetábulo.

A) Cadera normal
B) Pendiente de leva
C) Picadura de pinza
D) Combinación de picadura de leva y pinza

Fuente: Femoroacetabular Impingement Forms – Lavigne, et al.

¿Qué ocurre en el interior de una articulación de la cadera que sufre un pinzamiento?

Cuando el hueso sobrante de la cabeza y/o el cuello del fémur golpea el borde del acetábulo, el cartílago y el labrum que recubren el acetábulo pueden resultar dañados.

El hueso sobrante puede aparecer en las radiografías como un «bulto» aparentemente muy pequeño. Sin embargo, cuando la protuberancia roza repetidamente el cartílago y el labrum (que sirven para amortiguar el impacto entre la bola y la cavidad), el cartílago y el labrum pueden deshilacharse o desgarrarse, lo que provoca dolor. A medida que se pierde más cartílago y labrum, el hueso del fémur impacta con el hueso de la pelvis. Esta noción de «hueso contra hueso» se conoce comúnmente como artritis.

Los desgarros del labrum también pueden plegarse en el espacio articular, restringiendo aún más el movimiento de la cadera y causando dolor adicional. Esto es similar a lo que ocurre en la rodilla de alguien con un desgarro de menisco.

¿Cómo se produce el pinzamiento femoroacetabular?

El hueso extra que provoca el pinzamiento suele ser el resultado del crecimiento y desarrollo normal del hueso. El pinzamiento de tipo leva se produce cuando dicho desarrollo da lugar a una protuberancia de hueso en la cabeza y/o el cuello del fémur.

El desarrollo normal también puede dar lugar a un crecimiento excesivo del borde acetabular, o pinzamiento de tipo pinza. Los traumatismos de cadera (caídas sobre la cadera) también pueden provocar un pinzamiento. Los desgarros del labrum y/o del cartílago suelen ser el resultado de actividades deportivas que implican movimientos pivotantes repetitivos o una flexión repetitiva de la cadera.


RMN de una cadera normal con un labrum intacto


RMN de una cadera con un labrum desgarrado

¿Cuáles son los síntomas comunes asociados al pinzamiento?

El pinzamiento puede presentarse en cualquier momento entre la adolescencia y la mediana edad. Muchas personas se dan cuenta por primera vez de un dolor en la parte delantera de la cadera (ingle) después de estar sentados o caminar durante mucho tiempo. También les resulta difícil caminar cuesta arriba.

El dolor puede ser un dolor sordo constante o una sensación de enganche y/o agudo, de chasquido. El dolor también puede sentirse a lo largo de la parte lateral del muslo y en las nalgas.

¿Cómo se diagnostica el pinzamiento?

Las imágenes médicas en forma de radiografía y resonancia magnética (RM) son cruciales para diagnosticar el pinzamiento femoroacetabular. Las radiografías pueden revelar un exceso de hueso en la cabeza o el cuello del fémur y en el borde acetabular. Una resonancia magnética puede revelar el deshilachamiento o los desgarros del cartílago y el labrum.

Tratamiento conservador (no quirúrgico) del pinzamiento femoroacetabular

El tratamiento no quirúrgico debe considerarse siempre en primer lugar al tratar el pinzamiento femoroacetabular. El pinzamiento femoroacetabular puede resolverse a menudo con reposo, modificación del comportamiento y un régimen de fisioterapia y/o antiinflamatorio. Estos tratamientos conservadores han logrado reducir el dolor y la inflamación de la articulación.

Si el dolor persiste, a veces es necesario diferenciar entre el dolor que se irradia desde la articulación de la cadera y el que se irradia desde la parte inferior de la espalda o el abdomen. Un método probado para diferenciar entre ambos es inyectar la cadera con un esteroide y un analgésico.

La inyección consigue dos cosas: En primer lugar, si el dolor procede efectivamente de la articulación de la cadera, la inyección proporciona al paciente un alivio del dolor. En segundo lugar, la inyección sirve para confirmar el diagnóstico. Si el dolor es consecuencia de un pinzamiento femoroacetabular, una inyección en la cadera que alivie el dolor confirma que éste procede de la cadera y no de la espalda.

Artroscopia de la cadera en el tratamiento del pinzamiento femoroacetabular

Historia de la artroscopia de la cadera

La artroscopia de la articulación de la cadera se describió por primera vez en la década de 1970 y luego se perfeccionó a finales de la década de 1980 y principios de la de 1990. Los recientes avances en el desarrollo de equipos quirúrgicos han permitido a los cirujanos ortopédicos tratar afecciones que tradicionalmente se ignoraban o se trataban con un procedimiento abierto. El procedimiento ha sido popular en Europa desde principios de la década de 1990, pero ganó popularidad en los Estados Unidos más recientemente, a finales de la década de 1990 y principios de la década de 2000.

Debido a su falta de popularidad en los Estados Unidos, pocos cirujanos ortopédicos tienen formación avanzada en artroscopia de cadera. Sin embargo, a medida que el procedimiento está siendo más aceptado y más popular, cada vez más cirujanos se están formando en esta área de la cirugía ortopédica.

¿Por qué la artroscopia de cadera ha tardado en desarrollarse?

El procedimiento de artroscopia de cadera ha tardado más en evolucionar que la artroscopia de otras articulaciones (como la rodilla y el hombro) porque la cadera está mucho más profunda en el cuerpo y, por tanto, es menos accesible. Además, dado que la cadera es una articulación de tipo «rótula», es necesario emplear la tracción para exponer la articulación lo suficiente como para encajar los instrumentos quirúrgicos en el interior de la misma sin causar más daños al cartílago y al labrum.

¿Qué ocurre durante una artroscopia de cadera?

La artroscopia de cadera, o un «alcance de cadera», es un procedimiento mínimamente invasivo. El uso de un artroscopio significa que el procedimiento se lleva a cabo mediante 2 o 3 pequeñas incisiones (de aproximadamente 1/4-1/2 pulgadas de largo) en lugar de una cirugía «abierta» más invasiva que requeriría una incisión mucho mayor. Estas pequeñas incisiones, o «portales», se utilizan para introducir los instrumentos quirúrgicos en la articulación.

Además de otros avances en la tecnología del artroscopio, el flujo de solución salina a través de la articulación durante el procedimiento proporciona al cirujano una excelente visualización. El cirujano también cuenta con la ayuda de la fluoroscopia, un aparato de rayos X portátil que se utiliza durante la cirugía para asegurarse de que los instrumentos y el artroscopio se introducen correctamente.


Un paciente que se prepara para la tracción


La ubicación de las incisiones y los instrumentos para el procedimiento

Los instrumentos incluyen un artroscopio, que es una cámara larga y delgada que permite al cirujano ver el interior de la articulación, y una variedad de «afeitadoras» que permiten al cirujano cortar (desbridar) el cartílago deshilachado o el labrum que está causando el dolor. La máquina de afeitar también se utiliza para eliminar la protuberancia o protuberancias óseas responsables de los daños en el cartílago o el labrum.

Además de eliminar el tejido deshilachado y los cuerpos sueltos dentro de la articulación, en ocasiones se pueden perforar agujeros en parches de hueso desnudo donde se ha perdido el cartílago. Esta técnica se denomina «microfractura» y promueve la formación de nuevo cartílago donde se ha perdido.

El procedimiento se realiza normalmente como una cirugía «ambulatoria», lo que significa que el paciente se somete a la operación por la mañana y puede irse a casa ese mismo día. Normalmente, el paciente está bajo anestesia regional. Con la anestesia regional, el paciente está insensibilizado sólo de cintura para abajo y no necesita un tubo de respiración.

¿Cuál es el tiempo de recuperación asociado a la artroscopia de cadera?

Después del procedimiento, los pacientes suelen recibir muletas para usarlas durante las primeras 1 ó 2 semanas para minimizar la carga de peso. Una semana después de la intervención se celebra una cita postoperatoria para retirar las suturas. Tras esta cita, el paciente suele comenzar un régimen de fisioterapia que mejora la fuerza y la flexibilidad de la cadera.

Después de seis semanas de fisioterapia, muchos pacientes pueden reanudar sus actividades normales, pero pueden pasar de 3 a 6 meses hasta que no se experimente ningún dolor tras la actividad física. Como no hay dos pacientes iguales, es necesario acudir a citas postoperatorias periódicas con el cirujano para formular el mejor plan de recuperación posible.

¿Quién se beneficia de la artroscopia de cadera y cuáles son las posibles complicaciones?

Tras una combinación de exámenes físicos y de diagnóstico, se considera que los pacientes son adecuados para la artroscopia de cadera en función de cada caso. Los pacientes que mejor responden a la artroscopia de cadera son personas activas con dolor de cadera, en las que existe la posibilidad de preservar la cantidad de cartílago que todavía tienen. Los pacientes que ya han sufrido una pérdida significativa de cartílago en la articulación pueden ser más adecuados para someterse a una operación más extensa, que puede incluir una prótesis de cadera.

Los estudios han demostrado que el 85-90% de los pacientes que se someten a una artroscopia de cadera vuelven a practicar deporte y otras actividades físicas al nivel que tenían antes de la aparición del dolor y el pinzamiento de cadera. La mayoría de los pacientes mejoran claramente, pero aún no está claro hasta qué punto el procedimiento detiene el curso de la artritis. Los pacientes que tienen deformidades esqueléticas subyacentes o afecciones degenerativas pueden no experimentar tanto alivio con el procedimiento como lo haría un paciente con un simple pinzamiento.

Como ocurre con todos los procedimientos quirúrgicos, sigue habiendo una pequeña probabilidad de complicaciones asociadas a la artroscopia de cadera. Algunos de los riesgos están relacionados con el uso de la tracción. La tracción es necesaria para distraer y abrir la articulación de la cadera para permitir la inserción de los instrumentos quirúrgicos. Esto puede provocar dolor muscular y de tejidos blandos en el postoperatorio, especialmente alrededor de la cadera y el muslo. El entumecimiento temporal de la ingle y/o el muslo también puede ser consecuencia de una tracción prolongada. Además, hay ciertas estructuras neurovasculares alrededor de la articulación de la cadera que pueden lesionarse durante la cirugía, así como la posibilidad de una mala reacción a la anestesia.

Conclusión

La artroscopia de cadera está indicada cuando las medidas conservadoras no logran aliviar los síntomas relacionados con el pinzamiento femoroacetabular, una afección que ha sido poco conocida y tratada en el pasado. Los avances han hecho de la artroscopia de cadera una alternativa segura y eficaz a la cirugía abierta de la cadera, lo que supone una enorme ventaja en el tratamiento de las afecciones tempranas de la cadera que, en última instancia, pueden avanzar hasta la artritis en fase terminal. Los cirujanos de cadera del Hospital for Special Surgery tienen la formación especial y un alto volumen de experiencia para realizar la artroscopia de cadera con habilidad y con resultados exitosos documentados.

Actualizado: 12/9/2009

Autores

Struan H. Coleman, MD, PhD
Cirujano Ortopédico Adjunto, Hospital for Special Surgery
Profesor Asociado de Cirugía Ortopédica Clínica, Weill Cornell Medical College

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