Hechos fascinantes sobre la Estación Espacial Internacional

La Estación Espacial Internacional (ISS) es la mayor estructura que los humanos han puesto en el espacio. De hecho, es tan grande que no fue lanzada en su totalidad. Fue enviada por partes y luego construida en órbita. También se estima que la ISS es el objeto artificial más caro jamás construido. Su elevado precio supera los 100.000 millones de dólares.

Entonces, ¿quién utiliza la Estación Espacial y para qué? ¿Qué tamaño tiene y si podemos verla desde la Tierra? Conozcamos la ISS.

¿Para qué se utiliza la Estación Espacial Internacional?

En la Estación Espacial Internacional se realizan cada día diversos experimentos científicos. Para empezar, la ISS nos ofrece una oportunidad única de ver nuestro planeta desde el exterior. Los astronautas de la estación espacial llevan a cabo experimentos que incluyen cosas como la ayuda en la previsión de tormentas y la prueba de la tecnología de los satélites.

Los astronautas a bordo de la ISS también realizan experimentos de física de partículas como el uso del Espectrómetro Magnético Alfa-02 para buscar partículas de materia oscura y antimateria sin el ruido de fondo que normalmente amortiguaría tal señal aquí abajo en la Tierra.

Los habitantes de la estación espacial también participan en estudios sobre cómo cambia el cuerpo humano -incluyendo nuestros músculos, huesos, corazón y ojos- sin la presencia de la gravedad total de la Tierra. En el exclusivo estudio de gemelos de la NASA, se estudiaron los cambios fisiológicos, moleculares y cognitivos del astronauta Scott Kelly durante y después de pasar casi un año en el espacio, en comparación con su hermano gemelo, el astronauta retirado Mark Kelly. Entre los principales resultados del estudio de los gemelos se determinó que nuestro sistema inmunitario funciona en el espacio igual que en la Tierra. El astronauta Scott Kelly se vacunó contra la gripe mientras estaba a bordo de la ISS y su sistema inmunitario respondió tal y como cabría esperar.

Los astronautas también aprenden a mantener el funcionamiento de las naves espaciales. Consiguen probar nuevas tecnologías para futuras misiones espaciales. Estos desarrollos tecnológicos, combinados con los estudios de biología humana, son nuestros primeros pasos hacia las misiones espaciales más largas que serán necesarias para explorar otros mundos. Un viaje a Marte, por ejemplo, llevaría al menos tres años de ida y vuelta.

Los astronautas y cosmonautas también se encargan del mantenimiento, incluidos los paseos espaciales para realizar reparaciones. Para combatir la pérdida de densidad ósea y muscular que se produce en la microgravedad, también tienen que hacer al menos dos horas de ejercicio al día. Puedes ver la serie de vídeos del astronauta canadiense Chris Hadfield sobre la vida en la ISS para saber cómo es lavarse los dientes, escurrir una toalla, hacer el postre e incluso dormir en microgravedad.

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