El bronceador es un elemento básico en cualquier neceser. Puede hacer que tu piel parezca bronceada, incluso cuando está protegida con protector solar. También puedes utilizarlo para despertar la piel cansada y pastosa del invierno o para crear la ilusión de unos pómulos, a la vez que te ayuda a restar importancia a algunos de tus rasgos menos favoritos. Aunque el bronceador puede hacer maravillas, si lo utilizas de forma incorrecta, puedes acabar con un aspecto anaranjado o sucio. Por eso hemos recurrido a la famosa maquilladora Tobi Henney para que nos explique exactamente cómo elegir la fórmula de bronceado adecuada para tu piel, además de consejos de aplicación profesionales.
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Conoce a la experta
Tobi Henney es una maquilladora afincada en Nueva York. Entre sus clientes se encuentran Ashley Graham, Barbara Palvin y Charlotte Lawrence, entre otros. Anteriormente fue directora de maquillaje de L’Oréal Paris para Australia.
Elige un bronceador para tu tono de piel
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El primer paso es elegir el bronceador perfecto para tu tono de piel. La mayoría de las empresas venden bronceadores claros, medios y oscuros, con algunas gradaciones intermedias. Algunas marcas se especializan en bronceadores para pieles más oscuras, algo que debes tener en cuenta si la tuya es naturalmente más oscura. Elige un tono que no sea más de dos tonos más oscuro que tu piel.
Los bronceadores también vienen en varios subtonos: rosa, melocotón y amarillo. Esto significa que deberás encontrar un bronceador que coincida con tu subtono. Si eres de piel clara y te quemas con facilidad, los bronceadores de color melocotón o rosa son una buena opción. Los tonos cobrizos quedan bien en los tonos de piel oliva, mientras que los tonos más oscuros son perfectos para la piel oscura. Evita los tonos anaranjados, que pueden parecer poco naturales.
Para ayudarte a decidir, acerca el bronceador a tu piel. O mejor aún, dirígete a Sephora o a unos grandes almacenes para probar unos cuantos antes de comprarlos. Ten en cuenta que es posible que necesites un tono diferente en invierno que en verano, cuando tu piel es más oscura por naturaleza.
Cómo elegir una fórmula: ¿Polvo, crema o gel bronceador?
Si tienes la piel grasa o normal, verás que un bronceador en polvo es tu mejor opción. Utiliza una brocha de colorete corta y esponjosa para aplicarlo.
Los bronceadores en crema o en gel funcionan mejor para la piel seca. Aplícalo con el dedo o con una esponja. Al igual que con la mayoría de los productos de belleza a base de crema, es importante que te asegures de difuminarlos bien en la piel o corres el riesgo de parecer un payaso.
Mezcla un poco de polvo bronceador en tu crema hidratante para conseguir un brillo general, pero ligero. También puedes dejar de lado el bronceador para el invierno y optar en su lugar por una crema hidratante con color o un protector solar con color.
Preparación de la piel
Esto puede parecer obvio, pero hay que decirlo: el bronceador debe ser uno de los últimos productos que utilices en tu rostro. Aplique la base de maquillaje, el corrector y el colorete antes de que la brocha toque el bronceador.
También es mejor aplicar una ligera pincelada de polvos para el rostro antes de aplicar el bronceador. Esto puede ayudar a evitar que el polvo o la crema bronceadora se pegue a su base de maquillaje, lo que puede dejarle con un aspecto manchado.
Dónde aplicar el bronceador
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Un bronceador luce mejor cuando se aplica ligeramente en todos los puntos donde el sol brilla naturalmente, incluyendo las sienes, las mejillas, la nariz y la barbilla. A algunos maquilladores también les gusta aplicar un poco en los párpados si el maquillaje de ojos va a ser ligero.
Aplicar el bronceador en el cuello también es una buena idea, aunque no sea un lugar natural para el sol. Este paso evita el aspecto un poco tonto de un cuello blanco contra un rostro bronceado.
Cómo aplicar el bronceador
Para aplicar tu bronceador, utiliza una brocha grande mojada generosamente en el polvo. Puedes soplar el exceso antes de que la brocha toque tu piel.
- Aplícalo primero en las mejillas, subiendo en forma de «C» hasta las sienes. La clave está en difuminar, difuminar y difuminar. No quieres que se formen bolas de color.
- Para la nariz, evita que se formen rayas marrones con un toque suave y difumina mucho. No hay que saltarse la nariz porque nos da el sol de forma natural, pero hay que tener cuidado.
- Pasa al cuello, aplicando una ligera capa en la parte delantera del cuello y difuminándola.
Si te has pasado, utiliza un disco de algodón limpio para pulir un poco de la cara.
Labios más gruesos, mejores pómulos y una mandíbula angular
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El contorneado consiste básicamente en utilizar bronceadores y coloretes para crear definición en el rostro. El objetivo es crear sombras para resaltar tus mejores partes (¡hola, pómulos y mandíbula!) y restar importancia a las partes de las que no eres muy fan.
Necesitarás un bronceador que no sea demasiado brillante o naranja. Los bronceadores marrones suelen funcionar mejor. Recuerda que no quieres llamar la atención sobre el bronceador. Se trata de crear una ilusión.
El resto del maquillaje
El bronceador por sí solo puede parecer aburrido. Para conseguir un aspecto más fresco, aplica un colorete en crema en las mejillas. La combinación de bronceador y colorete en crema es absolutamente preciosa, así que juega con ella hasta que te guste el look.
Según la maquilladora Bobbi Brown, el bronceador queda mejor en los días en los que no llevas mucha base. El resto del maquillaje debe ser relativamente ligero. Piensa en una máscara de pestañas, un ligero barrido de sombra de ojos y un toque de color en los labios.