No es inusual haber oído todo tipo de historias sobre las pruebas de embarazo, historias sobre mujeres que estaban embarazadas que tardaron en enterarse o sobre mujeres que no lo estaban pero que lo creyeron. Y es que en el mundo de los tests de embarazo suele darse lo que se llama falso positivo o falso negativo.
Como su propio nombre indica, un falso positivo es aquel resultado de un test que indica que se ha producido la fecundación aunque en realidad no se haya producido. Y, por su parte, el falso negativo se refiere a la situación contraria, pues no detecta una gestación cuando ésta ya está ocurriendo.
El test de orina puede fallar
Para comprender por qué pueden fallar los famosos test de orina que venden en farmacias y que están disponibles para cualquier mujer que dude de su estado en cualquier momento, hace falta saber cómo funcionan. Lo que realmente valora esta prueba es el nivel de la hormona hCG en la orina.
Esta hormona, llamada gonadotropina coriónica humana, es la clave en la mayoría de las pruebas de embarazo, ya que la produce el embrión en una primera fase de la gestación. De hecho, la mayor o menor presencia de la misma en nuestra orina determinará que el resultado de un test de embarazo sea positivo o negativo.
Y es que, dependiendo de varios factores, estos test pueden fallar, entre ellos, del momento en el que se realicen. Si bien se asegura que los resultados son fiables a partir del primer día de retraso de la regla, cabe destacar que muchas mujeres tienen períodos irregulares y pueden obtener resultados, en un primer intento, negativos. En ese caso, se podría repetir a los dos o tres días, cuando la presencia de hCG en orina será mayor si es que, efectivamente, la mujer está embarazada.
La hormona popularmente llamada «del embarazo» suele detectarse a partir de los quince días desde la fecundación, un dato a tener en cuenta si realizamos la prueba demasiado pronto.
Por otro lado, es ampliamente aceptada la posibilidad del falso positivo en estos test. En cambio, se cree que, si el resultado es positivo, no hay probabilidad de error, cosa que no es del todo cierta, ya que sí existen casos. En estos temas siempre hay que recordar que cada cuerpo femenino es un mundo y más a nivel hormonal.
Sangre y ecografía, las pruebas definitivas
Los test que puedes conseguir en farmacias vienen bien para salir de dudas rápidamente, pero la prueba que de veras te confirmará si esperas o no un hijo es la confirmación por parte de un médico, bien a través de un análisis de sangre (que también mide los niveles de hCG) o por medio de la prueba que nunca falla: una ecografía.
La ecografía nunca dará lugar a error puesto que el médico podrá ver si realmente hay un embrión desarrollándose en tu útero o no. Puedes obtener cualquier resultado en otros test, pero hasta que no pases por esta prueba final, no estarás cien por cien segura de tu posible embarazo.