Figuras históricas
CON EL NOMBRE DE EVA
Según la Biblia, Eva tiene la importante distinción de ser la primera mujer que existió, asegurando así su posición como la matriarca definitiva de todos los Homo sapiens. Fue creada en el JardÃn del Edén por Dios a partir de una costilla de Adán (con suerte, asistida por un anestesista por el bien de Adán). Dios presidió la unión de la joven pareja en lo que podrÃamos considerar la última «boda en el jardÃn», y les ordenó salir y «ser fructÃferos y multiplicarse». Al principio, Adán y Eva disfrutaron de la gloria de su ParaÃso «desnudos y sin vergüenza» (Génesis 2:25); aunque Dios le indica a Adán que no coma del árbol del conocimiento del bien y del mal. Nos preguntamos si Adán compartió este consejo con Eva. Aparece la serpiente parlante, primera némesis de la humanidad, que se acerca a Eva con sus trucos mentales de Jedi y la convence de que coma el fruto del árbol. Después de todo, ¿qué tiene de malo un poco de conocimiento? Eva se encoge de hombros, coge una manzana, le da un mordisco y se la entrega a Adán. Adán, por cierto, da el segundo mordisco, así que él mismo no es un faro de obediencia. Sin embargo, la pobre Eva siempre ha recibido la mayor parte de la culpa por la indiscreción de ambos. El resto es historia. Como castigo, Dios los expulsa del Edén y les hace la vida más difÃcil. Para siempre, las mujeres se verían obligadas a soportar los dolores de parto y el hombre tendría que trabajar duro para conseguir comida. Ahora que Adán y Eva y su descendencia están equipados con el conocimiento del mal, el mundo básicamente se va al infierno en una canasta de mano hasta que Dios envía el gran diluvio perdonando sólo a Noé y a sus compañeros.
Según la Biblia, Eva tiene la importante distinción de ser la primera mujer que existió, asegurando así su posición como la matriarca definitiva de todos los Homo sapiens. Fue creada en el JardÃn del Edén por Dios a partir de una costilla de Adán (con suerte, asistida por un anestesista por el bien de Adán). Dios presidió la unión de la joven pareja en lo que podrÃamos considerar la última «boda en el jardÃn», y les ordenó salir y «ser fructÃferos y multiplicarse». Al principio, Adán y Eva disfrutaron de la gloria de su ParaÃso «desnudos y sin vergüenza» (Génesis 2:25); aunque Dios le indica a Adán que no coma del árbol del conocimiento del bien y del mal. Nos preguntamos si Adán compartió este consejo con Eva. Aparece la serpiente parlante, primera némesis de la humanidad, que se acerca a Eva con sus trucos mentales de Jedi y la convence de que coma el fruto del árbol. Después de todo, ¿qué tiene de malo un poco de conocimiento? Eva se encoge de hombros, coge una manzana, le da un mordisco y se la entrega a Adán. Adán, por cierto, da el segundo mordisco, así que él mismo no es un faro de obediencia. Sin embargo, la pobre Eva siempre ha recibido la mayor parte de la culpa por la indiscreción de ambos. El resto es historia. Como castigo, Dios los expulsa del Edén y les hace la vida más difÃcil. Para siempre, las mujeres se verían obligadas a soportar los dolores de parto y el hombre tendría que trabajar duro para conseguir comida. Ahora que Adán y Eva y su descendencia están equipados con el conocimiento del mal, el mundo básicamente se va al infierno en una cesta de mano hasta que Dios envía el gran diluvio perdonando sólo a Noé y a sus compañeros.
Según la Biblia, Eva tiene la importante distinción de ser la primera mujer que existió, asegurando así su posición como la matriarca definitiva de todos los Homo sapiens. Fue creada en el JardÃn del Edén por Dios a partir de una costilla de Adán (con suerte, asistida por un anestesista por el bien de Adán). Dios presidió la unión de la joven pareja en lo que podrÃamos considerar la última «boda en el jardÃn», y les ordenó salir y «ser fructÃferos y multiplicarse». Al principio, Adán y Eva disfrutaron de la gloria de su ParaÃso «desnudos y sin vergüenza» (Génesis 2:25); aunque Dios le indica a Adán que no coma del árbol del conocimiento del bien y del mal. Nos preguntamos si Adán compartió este consejo con Eva. Aparece la serpiente parlante, primera némesis de la humanidad, que se acerca a Eva con sus trucos mentales de Jedi y la convence de que coma el fruto del árbol. Después de todo, ¿qué tiene de malo un poco de conocimiento? Eva se encoge de hombros, coge una manzana, le da un mordisco y se la entrega a Adán. Adán, por cierto, da el segundo mordisco, así que él mismo no es un faro de obediencia. Sin embargo, la pobre Eva siempre ha recibido la mayor parte de la culpa por la indiscreción de ambos. El resto es historia. Como castigo, Dios los expulsa del Edén y les hace la vida más difÃcil. Para siempre, las mujeres se verían obligadas a soportar los dolores de parto y el hombre tendría que trabajar duro para conseguir comida. Ahora que Adán y Eva y su descendencia están equipados con el conocimiento del mal, el mundo básicamente se va al infierno en una canasta de mano hasta que Dios envía el gran diluvio perdonando sólo a Noé y a sus compañeros.