Aunque no es necesario tener un orgasmo para que el sexo sea placentero, es sin duda una gran ventaja.
Para averiguar qué ocurre en nuestro cerebro cuando llegamos al clímax, los investigadores utilizan máquinas de resonancia magnética funcional (fMRI) o escáneres PET (tomografía por emisión de positrones). Estos dispositivos pueden medir el flujo sanguíneo y la actividad neuronal en el cerebro.
Al estudiar la actividad cerebral de las personas que tienen orgasmos en estas máquinas, los científicos han aprendido cosas bastante sorprendentes. INSIDER consultó con expertos para averiguar exactamente lo que sucede en tu cerebro cuando tienes un orgasmo.
1. La parte lógica de tu cerebro básicamente se apaga durante el sexo.
Hay una razón por la que la gente tiende a sentirse más atrevida y menos inhibida durante el sexo: la parte de tu cerebro encargada de tus habilidades de razonamiento lógico se va temporalmente de vacaciones.
«La corteza orbitofrontal lateral se vuelve menos activa durante el sexo. Esta es la parte del cerebro responsable de la razón, la toma de decisiones y los juicios de valor. La desactivación de esta parte del cerebro también se asocia con la disminución del miedo y la ansiedad», dijo a INSIDER el psicólogo clínico Daniel Sher.
Esta desconexión de la corteza orbitofrontal lateral en realidad tiene sentido, ya que el miedo y la ansiedad pueden interrumpir la excitación y conducir a problemas como la ansiedad de rendimiento.
2. Múltiples partes espacialmente remotas de su cerebro están involucradas en tener un orgasmo.
Las pruebas de imágenes médicas sugieren que hay múltiples regiones cerebrales espacialmente remotas que están involucradas en la respuesta sexual.
«Los investigadores han encontrado que la corteza sensorial genital, las áreas motoras, el hipotálamo, el tálamo y la sustancia negra se iluminan durante el gran O», explicó a INSIDER el psicólogo cognitivo Kayt Sukel.
El tálamo ayuda a integrar la información sobre el tacto, el movimiento y cualquier recuerdo o fantasía sexual a la que alguien pueda recurrir para llegar al orgasmo. Mientras tanto, el hipotálamo está ocupado produciendo oxitocina y puede ayudar a coordinar la excitación.
«Las áreas motoras también están implicadas porque el cuerpo (con suerte) se mueve durante el acto, y la corteza sensorial genital está registrando los toques en las regiones inferiores del cuerpo», añadió Sukel.
3. Cuando se tiene un orgasmo, el cerebro libera una oleada de dopamina.
Durante el orgasmo, su cerebro está trabajando horas extras para producir un montón de diferentes hormonas y neuroquímicos. Una de ellas es la dopamina, una hormona responsable de las sensaciones de placer, deseo y motivación.
Según explicó Sher, la dopamina se forma en una parte del cerebro llamada área tegmental ventral y se libera en otras partes como el núcleo accumbens y la corteza prefrontal.
«Algunos se refieren a la dopamina como una sustancia química del ‘placer’, aunque las investigaciones han demostrado que nos ofrece mucho más que un buen momento. En realidad, es más bien una sustancia química de aprendizaje, que nos ayuda a tomar nota de recompensas como la comida y el sexo, y a averiguar cómo obtener más de ellas», dijo Sukel.
4. La oxitocina se libera tanto durante el orgasmo como durante la lactancia.
Otra hormona que el cerebro produce durante el orgasmo es la oxitocina. Secretada por la glándula pituitaria y liberada en el hipotálamo, esta hormona nos hace sentir cerca de los demás y promueve el afecto.
«La oxitocina se conoce como la hormona del vínculo porque también se libera durante la lactancia y se sabe que facilita la sensación de amor y apego», dijo Sher.
La prolactina también se libera durante el orgasmo y es responsable de esa sensación de satisfacción que acompaña al orgasmo. También es la principal hormona responsable de la producción de leche tras el embarazo.
Por supuesto, la liberación de oxitocina y prolactina tanto durante el sexo como durante la lactancia no significa que una persona experimente las mismas sensaciones en ambas situaciones.
Estas hormonas pueden desempeñar diferentes funciones en nuestro cuerpo y forman parte de la forma en que el cerebro refuerza nuestras conexiones sociales.
5. Tener un orgasmo estimula tu cerebro de la misma forma que consumir drogas o escuchar tu música favorita.
Sorprendentemente, el cerebro no diferencia mucho entre el sexo y otras experiencias placenteras. Las partes del cerebro que te hacen sentir bien después de comer un postre o ganar al póker son las mismas zonas que se iluminan durante el orgasmo.
«El sexo se experimenta como algo placentero y esto se debe a que las vías de recompensa de nuestro cerebro se activan durante el orgasmo y en los momentos previos. Estas son las mismas redes que se activan en respuesta al uso de drogas, el consumo de alcohol, el juego, escuchar tu canción favorita o disfrutar de una deliciosa comida», dijo Sher.
6. Tu cerebro emite sustancias químicas que te hacen menos sensible al dolor durante el sexo.
No es tu imaginación: el cuerpo realmente es menos sensible al dolor durante el sexo.
«Al activarse la glándula pituitaria, la liberación de endorfinas, oxitocina y vasopresina promueven la reducción del dolor, la intimidad y el vínculo», dijo a INSIDER Jess O’Reilly, sexóloga residente de Astroglide.
Esto puede ayudar a explicar por qué cosas que podrían hacernos estremecer en una situación no sexual, como una bofetada o un tirón de pelo, no son tan dolorosas durante el sexo e incluso pueden ser placenteras.
7. El orgasmo y el dolor en realidad activan algunas de las mismas áreas del cerebro.
La razón por la que algunas personas obtienen placer sexual al experimentar dolor podría estar relacionada con el hecho de que el orgasmo y el dolor en realidad afectan a algunas de las mismas áreas del cerebro.
«Varias de las áreas del cerebro (concretamente, dentro de la corteza) que son responsables del dolor se activan durante el orgasmo», reveló Sher.
Aunque la relación entre el dolor y el orgasmo aún no se entiende del todo, algunas investigaciones han demostrado que la estimulación vaginal podría realmente reducir la sensibilidad al dolor en algunas personas.
8. Después de un orgasmo, el cerebro libera hormonas que pueden hacerte sentir feliz y somnoliento.
Una vez que se ha producido un orgasmo, su cerebro tiende a reducir la velocidad. Pero no se desconecta del todo.
«Tanto en los hombres como en las mujeres, el orgasmo envía una señal al sistema nervioso parasimpático para que empiece a regular (o calmar) el cuerpo. El córtex prefrontal, que se activaba antes del orgasmo, también se regula a la baja, lo que está relacionado con el aumento de los niveles de oxitocina para facilitar el apego», explicó Sher.
Sukel añadió que el cerebro también produce serotonina después de un orgasmo. Esta hormona es conocida por promover el buen humor y la relajación. En algunas personas, la serotonina también puede provocar somnolencia y el deseo de acurrucarse para dormir una siesta.
9. Sin embargo, el cerebro de las mujeres tiende a seguir liberando oxitocina incluso después del orgasmo.
Todos los cerebros experimentan la liberación de oxitocina durante el sexo, que es una hormona responsable, en parte, de crear sentimientos de cercanía y vinculación. Sin embargo, los cerebros de las mujeres se comportan de forma un poco diferente después del orgasmo.
«En las mujeres, la oxitocina tiende a seguir liberándose después del orgasmo, lo que puede explicar la motivación de los mimos poscoitales», señaló Sher.
10. En las personas que son incapaces de sentir la estimulación genital, el cerebro podría realmente remodelarse para permitirles alcanzar el orgasmo.
Aunque solemos pensar que el orgasmo y el placer sexual dependen de la estimulación de nuestros genitales, eso no es del todo cierto. En algunos casos, el cerebro puede crear nuevas vías de placer que no implican en absoluto a nuestros órganos sexuales.
«Cuando los órganos se lesionan o se extirpan, puede producirse una reasignación de los sentidos que nos permite experimentar sensaciones sexuales y orgásmicas en otras partes del cuerpo», explicó O’Rielly.
En personas que han sufrido una parálisis en la parte inferior del cuerpo, por ejemplo, el cerebro podría recablearse para permitir a la persona alcanzar el orgasmo a través de la estimulación de otras partes del cuerpo, como la piel del brazo o los pezones.
11. Los orgasmos podrían ser la forma que tiene la naturaleza de ‘engañarnos’ para que nos reproduzcamos.
Los orgasmos son, sin duda, un buen momento, pero también podrían ser la forma furtiva del cerebro de conseguir que nos reproduzcamos.
«Si lo piensas objetivamente, la idea de arriesgar tu vida y tu salud para dar a luz a lo que es básicamente un parásito que vive en ti durante nueve meses, y que luego tienes que criar durante la siguiente década, es mucho trabajo. Puede que la madre naturaleza nos esté engañando para asegurarse de que la especie no se extinga», dijo Sukel.
Aunque los científicos no están del todo seguros de por qué tenemos orgasmos, Sher señaló que experimentar un momento o dos de pura euforia nos recompensa efectivamente por tener sexo. Refuerza este comportamiento y nos hace volver a por más.
12. Tener un orgasmo podría en realidad ayudar a mantener tu cerebro sano.
Además de incitarnos a reproducirnos, el orgasmo también podría ayudar a mantener nuestro cerebro sano.
«También puede ser que, evolutivamente hablando, dado que esta actividad aumenta el flujo sanguíneo a través del cerebro de forma tan dramática, puede haberse desarrollado en parte para ayudar a mantener el cerebro sano también», explicó Sukel.
La investigación también ha sugerido que el orgasmo femenino puede haber desempeñado alguna vez un papel en la estimulación de la ovulación, aunque ahora la ovulación se produce espontáneamente y no depende de la actividad sexual.
Este artículo fue publicado originalmente por Business Insider.
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