El rostro enrojecido después de beber podría apuntar al riesgo de presión arterial

Martes 19 de noviembre de 2013 (HealthDay News) – Si su rostro se enrojece después de unas copas, podría ser una señal de riesgo añadido de presión arterial alta vinculada al alcohol, sugiere una nueva investigación.

Ya se sabía que el consumo excesivo de alcohol es un factor de riesgo para la presión arterial alta, dicen los investigadores que informan en línea el 18 de noviembre en la revista Alcoholism: Clinical & Experimental Research. Los expertos también sabían que el enrojecimiento facial después de beber está relacionado con una mayor sensibilidad o incluso intolerancia al alcohol.

En el nuevo estudio, el equipo de investigación surcoreano examinó los historiales médicos de más de 1.700 hombres y los dividió en tres grupos: los no bebedores, las personas cuyo rostro se enrojecía después de beber y los bebedores que no presentaban la reacción de enrojecimiento facial.

Los que se sonrojaban eran más propensos a sufrir hipertensión relacionada con la bebida que los que no se sonrojaban, según la investigación, y el riesgo de hipertensión era mucho mayor entre los que se sonrojaban y tomaban más de cuatro copas a la semana.

«El enrojecimiento facial después de beber siempre se considera un síntoma de alta sensibilidad al alcohol o incluso de intolerancia al alcohol, a menos que el paciente esté tomando un medicamento especial», dijo el autor del estudio, Jong Sung Kim, jefe del departamento de medicina familiar de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Chungnam, en Corea del Sur, en un comunicado de prensa de la revista.

«La respuesta de enrojecimiento facial a la bebida suele producirse en una persona que no puede descomponer genéticamente el acetaldehído, el primer metabolito del alcohol», explicó Kim.

Según los autores, el enrojecimiento facial después de beber podría servir como señal de un mayor riesgo de hipertensión arterial relacionado con el alcohol.

A partir de los nuevos datos, los médicos deberían «considerar la posibilidad de evaluar la respuesta de rubor de sus pacientes al alcohol, así como la cantidad de bebida, en la atención rutinaria diaria», dijo Kim.

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