El moquillo canino

El moquillo canino es una enfermedad contagiosa y grave causada por un virus que ataca los sistemas respiratorio, gastrointestinal y nervioso de los cachorros y los perros.

El virus también puede encontrarse en animales salvajes como zorros, lobos, coyotes, mapaches, mofetas, visones y hurones, y se ha registrado en leones, tigres, leopardos y otros gatos salvajes, así como en focas.

¿Cómo se transmite el moquillo canino?

Los cachorros y los perros se infectan con mayor frecuencia a través de la exposición al virus en el aire (mediante estornudos o tos) de un perro o animal salvaje infectado. El virus también puede transmitirse a través de los cuencos de comida y agua y el equipo compartido. Los perros infectados pueden excretar el virus durante meses, y las perras pueden transmitir el virus a sus cachorros a través de la placenta.

Debido a que el moquillo canino también afecta a las poblaciones de animales salvajes, el contacto entre animales salvajes y perros domésticos puede facilitar la propagación del virus. Los brotes de moquillo canino en las poblaciones locales de mapaches pueden indicar un mayor riesgo para los perros domésticos de la zona.

¿Qué perros están en riesgo?

Todos los perros están en riesgo, pero los cachorros menores de cuatro meses y los perros que no han sido vacunados contra el moquillo canino tienen un mayor riesgo de adquirir la enfermedad.

¿Cuáles son los síntomas del moquillo canino?

Al principio, los perros infectados presentan una secreción acuosa o con pus en los ojos. A continuación, desarrollan fiebre, secreción nasal, tos, letargo, disminución del apetito y vómitos. A medida que el virus ataca el sistema nervioso, los perros infectados desarrollan un comportamiento en círculos, inclinación de la cabeza, espasmos musculares, convulsiones con movimientos de masticación de la mandíbula y salivación («ataques de chicle»), convulsiones y parálisis parcial o completa. El virus también puede provocar el engrosamiento y endurecimiento de las almohadillas de las patas, lo que da lugar a su apodo de «enfermedad de las almohadillas duras».

En la fauna salvaje, la infección por moquillo canino se parece mucho a la rabia.

El moquillo suele ser mortal, y los perros que sobreviven suelen tener daños permanentes e irreparables en el sistema nervioso.

¿Cómo se diagnostica y se trata el moquillo canino?

Los veterinarios diagnostican el moquillo canino por su aspecto clínico y las pruebas de laboratorio. No hay cura para la infección por moquillo canino. El tratamiento suele consistir en cuidados de apoyo y esfuerzos para prevenir infecciones secundarias; controlar los vómitos, la diarrea y los síntomas neurológicos; y combatir la deshidratación mediante la administración de líquidos. Los perros infectados con moquillo deben ser separados de otros perros para minimizar el riesgo de nuevas infecciones.

¿Cómo se previene el moquillo canino?

La vacunación es crucial para prevenir el moquillo canino.

  • Se administra una serie de vacunas a los cachorros para aumentar la probabilidad de crear inmunidad cuando el sistema inmunitario aún no ha madurado del todo.

  • Evite las lagunas en el calendario de vacunación y asegúrese de que las vacunas contra el moquillo están al día.

  • Evite el contacto con animales infectados y con la fauna silvestre

  • Tenga cuidado al socializar a los cachorros o a los perros no vacunados en parques, clases para cachorros, clases de obediencia, guarderías para perros y otros lugares donde puedan congregarse los perros.

  • Los hurones de compañía deben ser vacunados contra el moquillo canino con una vacuna para hurones aprobada por el USDA.

Esta información se basa en nuestro folleto para clientes, disponible en inglés y español.

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