La imagen corporal negativa puede tener un fuerte impacto en el bienestar de una persona. Puede afectar a la vida social, a la confianza en sí mismo y al estado de ánimo de una persona. En casos graves, una imagen corporal negativa puede conducir a trastornos de la alimentación o dismorfia corporal.
Cuando una mala imagen corporal conduce a problemas de salud mental, a menudo es necesario un tratamiento. Un terapeuta compasivo puede ayudar a las personas a controlar sus síntomas y a aprender a ver su cuerpo de forma más saludable. A medida que un individuo desarrolla mejores formas de manejar sus inseguridades, su salud emocional y física probablemente mejorará.
DISTORIA DE LA IMAGEN CORPORAL Y DISSATISFACCIÓN
La imagen corporal suele basarse más en percepciones y sentimientos que en la apariencia real. Por lo tanto, puede ser vulnerable a la distorsión. La distorsión de la imagen corporal se refiere a una percepción errónea de una o más características del cuerpo. Por ejemplo, una persona con bulimia puede ver su cintura más ancha de lo que realmente es. Las personas que experimentan una distorsión de la imagen corporal pueden ver un cuerpo en el espejo que es significativamente diferente de su cuerpo físico real.
La insatisfacción con la imagen corporal se refiere a las evaluaciones negativas del propio cuerpo. Suele ocurrir cuando una persona percibe discrepancias entre su cuerpo actual y su cuerpo ideal. La insatisfacción corporal se asocia a menudo con la distorsión de la imagen corporal, pero estos dos estados no están necesariamente relacionados. Una persona puede estar insatisfecha con algún aspecto de su apariencia sin experimentar una distorsión de la imagen corporal.
IMGEN CORPORAL Y TRASTORNOS ALIMENTARIOS
La insatisfacción con la imagen corporal es un fuerte predictor de los trastornos alimentarios. Algunas personas pueden someter su cuerpo a un intenso escrutinio y obsesionarse con alcanzar una determinada talla. Pueden vincular su valor personal a tener una forma determinada. Los mensajes culturales sobre la delgadez y la forma física pueden reforzar estas actitudes poco saludables. Los individuos pueden recurrir a actos extremos para alcanzar objetivos poco realistas, como pasar hambre, purgarse y hacer demasiado ejercicio.
La distorsión de la imagen corporal también está presente en muchas personas con anorexia o bulimia. Estos individuos suelen tener diferencias neurológicas en su corteza parietal, la parte del cerebro que ayuda a las personas a percibir las dimensiones de sus cuerpos. En otras palabras, estas personas pueden sobrestimar el tamaño de su cuerpo porque sus cerebros les dan información inexacta.
La mayoría de las personas que pierden peso son capaces de actualizar su imagen mental del cuerpo para que coincida con la información sensorial que tienen actualmente. Sin embargo, las personas que se vuelven demacradas por la anorexia o la bulimia pueden tener problemas para actualizar su imagen mental. Es posible que sigan viendo una versión anterior y más grande de su cuerpo en lugar de sus formas actuales. Además, a menudo se centran en los defectos percibidos y no en su apariencia completa. (Por ejemplo, centrarse en su estómago «blando» e ignorar sus costillas visibles.)
La distorsión de la imagen corporal puede dificultar que los individuos acepten que tienen un problema. Pueden desestimar las preocupaciones de amigos y familiares, ya que sus palabras contradicen lo que la persona ve. Es importante abordar la distorsión de la imagen corporal en el tratamiento, ya que puede hacer que un individuo sea más propenso a recaer.
Trastorno dismórfico corporal (TDC)
La dismorfia corporal, o TDC, es una forma grave de distorsión de la imagen corporal. Se da en el 2% de la población y está estrechamente relacionada con el trastorno obsesivo compulsivo (TOC). Los individuos con TDC a menudo se preocupan por irregularidades menores o inexistentes en su apariencia. Por ejemplo, alguien puede preocuparse de que sus ojos sean desiguales o de que sus manos sean demasiado grandes. Los defectos percibidos suelen ser mucho más evidentes para el individuo que para las personas que le rodean.
Las personas con TDC suelen creer que sus supuestos defectos les hacen parecer horribles o incluso deformes. Suelen pasar mucho tiempo realizando compulsiones en torno a este defecto, como por ejemplo:
- Asearse excesivamente
- Mirarse la piel
- Revisarse dos vecescomprobar su aspecto en el espejo
- Buscar la seguridad de los demás en cuanto a su aspecto
La dismorfia corporal suele causar una gran angustia a las personas. Algunos pueden evitar salir en público debido a la vergüenza que les produce su aspecto. Sin embargo, a menudo evitan buscar ayuda para sus síntomas por miedo a parecer vanidosos.
A diferencia de los trastornos de la alimentación, la dismorfia corporal generalmente no implica la preocupación por el peso. En cambio, el TDC se centra generalmente en una parte específica del cuerpo, como la nariz o las orejas. (La excepción es la dismorfia muscular, una forma de TDC en la que las personas se preocupan por no ser lo suficientemente musculosas.)
Según la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética, entre el 8 y el 15% de las personas con TDC buscan la cirugía plástica. Sin embargo, el 90% de las personas con TDC que se someten a cirugía estética no están satisfechas con los resultados, y muchas descubren que sus síntomas empeoran. La tasa de suicidio de las personas con TDC es 45 veces mayor que la de la población general. Por ello, es vital que las personas con dismorfia corporal reciban tratamiento de salud mental.
Las personas con dismorfia corporal, trastornos alimentarios y otros problemas pueden encontrar un terapeuta aquí.