Primero: Definición de conflicto central
En una historia, el conflicto central se define como la principal oposición, obstáculo o complicación que los personajes deben sortear para que la historia llegue a su conclusión. El conflicto central es similar a la idea central: es un núcleo dramático que contiene la semilla del resto de la historia.
En El Señor de los Anillos, son las ansias de poder y dominación de Sauron y el rechazo de las tierras circundantes las que forman el conflicto central. Pero «conflicto» no es necesariamente sinónimo de oposición y lucha bélica o violenta. En una novela romántica, el conflicto central puede ser la cuestión de si la protagonista y el interés amoroso acabarán juntos, por ejemplo. Este es el caso de Orgullo y Prejuicio. Los prejuicios de Lizzie hacia el señor Darcy hacen que su unión parezca bastante improbable al principio.
Cómo crear un conflicto central eficaz para tu novela:
Un buen conflicto central tiene varios elementos importantes:
- Tiene apuestas altas con las que los lectores pueden relacionarse. La pérdida de la libertad que aseguraría el ascenso de Sauron en LOTR o el impedimento de una relación romántica en Orgullo y Prejuicio son dos experiencias infelices que nosotros, como lectores, no querríamos para nosotros mismos
- Aclara los temas que el lector puede esperar. Los buenos conflictos centrales tratan claramente de uno de los varios temas clásicos de la historia: El poder y la forma en que corrompe (en las típicas novelas de héroes contra villanos), el amor y el (normalmente) desafiante camino hacia su consumación, la aventura y sus trampas, y así sucesivamente
- Su manejo es cuidadoso, evitando que se convierta en un cliché. La mayoría de los lectores conocen los clásicos arquetipos de héroe noble contra villano calculador. Tu conflicto central, ya sea la batalla entre el bien y el mal o un amor que amenaza con desmoronarse, debe ser manejado de manera que el conflicto no se sienta forzado o rancio
Aquí tienes cómo crear un conflicto central fuerte para tu novela:
1: Conoce tu idea central
Tu idea central puede ser escrita como una sinopsis de dos a cinco líneas de tu historia y describe explícita o implícitamente el conflicto central. Por ejemplo, tu idea central podría ser «Chico marcado por el destino descubre que tiene poderes especiales y tiene que enfrentarse a un villano que lo quiere muerto» (la idea central básica de Harry Potter. Aunque el conflicto principal no sea tan explícito, debe quedar claro en la idea principal de tu novela, para que nunca pierdas de vista el arco argumental más importante. Por ejemplo, tu trama romántica podría ser «dos jóvenes amantes son separados por sus familias enemistadas y se quitan la vida en el drama subsiguiente» (la idea central básica de Romeo y Julieta de Shakespeare.
Ya sea que tu idea central sea del tipo héroe vs. villano o de la saga familiar enemistada, tu conflicto central es el problema central que impulsa la historia hacia una u otra resolución.
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2: Conozca los conflictos centrales típicos de su género
La definición de conflicto central anterior abarca una amplia gama de tipos de historias. Las historias de un mismo género suelen mostrar conflictos centrales comunes. En las novelas de fantasía, suele haber un individuo o un grupo que debe viajar a tierras desconocidas para alcanzar un objetivo vital (la narrativa de búsqueda o «fantasía épica»). En el romance histórico, el conflicto central puede ser un conflicto histórico real que amenaza con separar a los dos amantes.
Cuando conozca los conflictos centrales comunes utilizados por los autores que trabajan en su género, podrá encontrar formas de ser original. ¿Qué pasa si tu grupo descubre que el objeto de la búsqueda era engañoso y no se encuentran con lo que ellos (y los lectores) esperan? ¿Y si tus amantes del romance histórico no consiguen lo que desean al final? Recuerde que los conflictos centrales no siempre requieren una resolución total: A veces la resolución parcial proporciona un efecto interesante. O puede dar un vuelco al tipo de resolución que los lectores esperan y añadir un elemento de sorpresa.
Fiction Factor también señala que el tipo de conflicto que haga central en su novela dependerá en parte de su público objetivo (elementos de sus lectores como el grupo de edad y el sexo).
Decida lo que decida, conocer los conflictos centrales más comunes en su género le permitirá hacer una elección informada.
3: Rodee su conflicto central con otros arcos conflictivos significativos
Esto es algo que la exitosa autora de fantasía juvenil J.K. Rowling entiende muy bien. En Harry Potter, el conflicto principal es entre Harry Potter y el archivillano de la serie, pero Rowling puebla sus libros con un gran elenco de otros personajes. La amistad a tres bandas de Harry con Hermione y Ron implica con frecuencia peleas y reconciliaciones, y el comportamiento abusivo y negligente de sus tíos adoptivos es otra fuente de tensión. En la escuela de Hogwarts, hay profesores que ocasionalmente son malvados con sus alumnos. En general, estos conflictos menores mantienen el suspenso de la historia y mantienen el ritmo incluso en las pausas entre el contacto con el antagonista principal, el villano Lord Voldemort.