En la mitología romana, Cupido es el dios del amor. Se le equipara con el dios griego Eros y uno de sus nombres en latín es Eros. También se le llama Amor, amor en latín.
El linaje de Cupido
Hay diferentes historias sobre su linaje. Cicerón proporciona tres linajes diferentes: hijo de Mercurio (Hermes) y Diana (Artemisa), hijo de Mercurio y Venus (Afrodita), e hijo de Marte (Ares en la mitología griega) y Venus. Platón menciona a dos de ellos, y la Teogonía de Hesíodo, la teoografía griega más antigua, dice que Cupido fue creado conjuntamente con el Caos y la tierra.
A lo largo de la escritura mitológica antigua, parece haber dos Cupidos o dos caras de la figura de Cupido. Uno es el hijo de Júpiter (Zeus) y Venus. Es un joven vivaz que se deleita con las bromas y la difusión del amor. El otro es hijo de Nyx y Erebus.
El culto a Cupido estaba estrechamente asociado al de Venus, y se le adoraba tan seriamente como a ella. Además, se suponía que su poder era aún mayor que el de su madre, ya que tenía dominio sobre los muertos del Hades, las criaturas del mar y los dioses del Olimpo.
Representación en el arte y la literatura
En la pintura y la escultura, Cupido es representado como un niño alado desnudo armado con un arco y un carcaj de flechas. La representación tradicional cristiana de un querubín se basa en él. En las gemas y otras piezas que se conservan, suele aparecer divirtiéndose con juegos infantiles, a veces manejando un aro, lanzando dardos, atrapando una mariposa o coqueteando con una ninfa.
A menudo se le representa con su madre (en las artes gráficas, ésta es casi siempre Venus), tocando un cuerno. También se le muestra con un casco y portando una rodela (quizás en referencia al Omnia vincit amor de Virgilio o como sátira política sobre las guerras por amor o el amor como guerra).
Cupido ocupa un lugar destacado en la poesía ariel, en la lírica y, por supuesto, en la poesía amorosa y metamórfica elegíaca. En la poesía épica, se le invoca con menos frecuencia, pero aparece en la Eneida de Virgilio transformado en la forma de Ascanio que inspira el amor de Dido. En la literatura posterior, Cupido es frecuentemente invocado como voluble y juguetón. A menudo se le representa portando dos juegos de flechas: uno con cabeza de oro, que inspira el amor, y otro con cabeza de plomo, que inspira el odio.
La historia más conocida en la que participa Cupido es la de Cupido y Psique.
Imágenes para niños
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Una tarjeta de felicitación de San Valentín (1909)
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El dios del amor (Cupido) lanza una flecha al amante. De un texto del siglo XIV de Roman de la Rose
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Cupidos jugando con una lira, Fresco romano de Herculano
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Cupido de bronce durmiendo sobre una piel de león (1635-40), firmado F, basado en el mármol atribuido a Praxiteles
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Aeneas presentando a Cupido vestido de Ascanio a Dido (1757) de Tiepolo