«A la mayoría de la gente le cuesta más dejarse amar que encontrar a alguien que le ame» -Bill Russell
«Nunca pierdes por amar. Siempre pierdes por contenerte» -Barbara De Angelis
Se dice que el amor no correspondido es una de las experiencias amorosas más tristes. Sin embargo, algunas personas lo prefieren a un desamor total. Considere los siguientes dos tipos de relaciones:
- Usted está enamorado de su pareja pero la pareja no le quiere (tanto).
- Su pareja está enamorada de usted pero usted no está enamorado (tanto) de la pareja.
¿Qué opción elegirá? La respuesta no es obvia.
Aquí tienes una historia real:
Albert es un apuesto hombre divorciado de unos cincuenta años. Conoció a Debra en una cita a ciegas y estuvieron juntos durante aproximadamente un año. La dejó alegando que, aunque le gustaba y disfrutaba de su compañía, no la quería mucho. Después de su separación, salió con algunas otras mujeres. Luego, en su cumpleaños, casi un año después, ella le invitó a cenar, tras lo cual él decidió volver con ella.
Albert le dijo a su amigo: «Esta es la mujer con la que quiero vivir». El amigo se sorprendió claramente y le recordó a Albert que hace un tiempo había dicho que no la amaba lo suficiente como para estar con ella. A esto él respondió: «Sí, pero ella me ama como nadie lo ha hecho antes y esto es lo más importante al final del día».
De hecho, Albert le había hecho la misma pregunta a Debra: «¿Por qué quieres estar conmigo, sabiendo que no te quiero tanto como tú a mí?». Debra respondió que prefiere estar con una persona a la que quiere mucho y que puede no quererla tanto, que a la inversa.
¿Qué perspectiva elegirías, la de Albert o la de Debra? Los alumnos y amigos a los que he preguntado han estado divididos.
Cuando se habla de amor no correspondido, la gente suele referirse a experiencias dolorosas en las que un miembro de la pareja no siente amor alguno hacia el otro. Sin embargo, este caso extremo es menos común que aquellos en los que hay más matices, en los que ambas personas se aman, pero el tipo y la intensidad del amor son diferentes. En nuestro ejemplo, mientras Debra está locamente enamorada de Albert, a éste le gusta, pero no la quiere tanto como ella a él. Su actitud no carece de rasgos de amor romántico. Implica cariño y compañerismo, pero un grado menor de amor romántico. Hay un punto de intensidad del amor por debajo del cual no vale la pena estar juntos, pero los sentimientos de Albert están por encima de este punto.
La diferencia en la intensidad del amor no suele discutirse entre los amantes. Cuando los amantes sí lo discuten, uno puede decir algo así como: «Te amo tanto, incluso más de lo que tú me amas», a lo que su pareja puede responder: «Eso no es posible, porque no puede haber un amor mayor que el mío por ti». Otra respuesta predominante es: «Mi amor por ti es tan grande que nos basta a los dos». (Un amante racional podría decir en cambio: «Cariño, hemos acordado que no es posible medir nuestro profundo amor.»)
Por supuesto, cuando la pareja está al borde de la separación, la discusión es más bien una acusación: «Me quieres menos de lo que yo te quiero». El énfasis de los enamorados está en el más, no en el menos.
Ser consciente de las diferencias en la intensidad del amor puede ser hiriente, porque implica que uno de los miembros de la pareja es inferior; implica un cierto tipo de rechazo. En consecuencia, la gente reprime la cuestión o adopta una ilusión positiva con respecto a la pareja. Del mismo modo, la gente no querría admitir ante su pareja que es un compromiso.
Las actitudes tanto de Albert como de Debra implican un compromiso romántico, pero no está claro cuál es más doloroso. La mayor ventaja en la situación de Albert es el gran amor que se le otorga y, por tanto, la mayor probabilidad de que Debra no le abandone. La desventaja de su situación es la renuncia a un gran sueño humano: estar locamente enamorado de alguien. La situación de Debra es la contraria: Disfruta de un amor profundo pero renuncia a la reciprocidad y, por lo tanto, es más vulnerable y está menos segura de su relación con Albert.
Albert tiene un mayor control de la situación: Puede continuar esta relación todo el tiempo que desee, porque el amor de Debra está casi garantizado. Y si por casualidad encuentra una mujer de la que esté locamente enamorado, puede seguir con esta nueva relación. En cierto sentido, Albert está comprometiendo su presente para asegurar su futuro. Debra es más vulnerable porque tiene menos control de la situación. Ella renuncia al control de su futuro para poder disfrutar de un amor profundo en el presente.
Relaciones Lecturas Esenciales
Los que prefieren la posición de Debra son optimistas en cuanto a su capacidad para cambiar la actitud de su pareja hacia ellos. Este optimismo se asocia con la creencia predominante de que el mundo es intrínsecamente controlable y de que su capacidad para influir en los acontecimientos que les rodean es excepcional. Los jugadores experimentados adoptan una serie de comportamientos que implican la creencia de que pueden controlar los números que salen en los dados. Del mismo modo, la gente prefiere elegir su propio billete de lotería en lugar de que lo elijan por ellos; creen que su elección aumentará sus posibilidades de ganar.
Si cree que cambiar la actitud de su pareja es realmente posible, es preferible la alternativa en la que está locamente enamorado de la otra persona. Sin embargo, si esta opción es imposible -es muy difícil cambiar a la mayoría de los adultos- los intentos de cambiar a la otra pareja pueden aumentar su frustración y decepción.
El estado mental de Albert es más tranquilo que el de Debra. Puede sentirse insatisfecho de vez en cuando por el hecho de no experimentar un amor genuino, pero disfruta del amor de Debra y su futuro está asegurado. La situación mental de Debra es menos estable, ya que implica tanto emociones positivas más intensas (amor) como emociones negativas (inseguridad y frustración). La ansiedad asociada al comportamiento de Debra es mayor que la de Albert, y esto puede quemarla; finalmente, su amor por Albert puede disminuir.
Los rasgos de personalidad también influyen en la elección entre la situación de Albert y la de Debra. Las personas con tendencias más egoístas son más propensas a preferir la de Albert porque creen que no tendrán dificultades para encontrar una nueva pareja. Las personas más racionales también podrían elegir la opción de Albert, mientras que las más románticas se decantarían por la de Debra. La edad puede ser otro factor relevante: Las personas mayores cuyas opciones románticas están disminuyendo, o que podrían buscar más el amor de compañía que el amor romántico apasionado, podrían tender a elegir la situación de Albert.
Para resumir: A menudo ocurre que la intensidad del amor no es igual entre los amantes; de ahí que los amantes tengan que hacer frente a esas diferencias.